“Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España”: por qué el papa Francisco no llegó a pisar suelo español

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Papa Francisco. (Montaje Infobae)

“Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España”. Esta fue la frase tan críptica como contundente del papa Francisco, cuyo fallecimiento este lunes, a los 88 años, ha puesto punto final a cualquier posibilidad de que el primer papa latinoamericano pisara la capital gallega, a pesar de años de invitaciones y expectativas. A diferencia de sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, Bergoglio nunca acudió a la tumba del Apóstol Santiago, el centro espiritual del Camino y uno de los principales destinos de peregrinación cristiana.

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Santiago sí, España no

La relación del papa Francisco con España fue siempre ambigua. Nunca realizó un viaje oficial al país durante sus más de doce años de pontificado. Aunque mostró en ocasiones aprecio por sus santos, por sus órdenes religiosas y por el papel histórico de la Iglesia española, sus prioridades estuvieron orientadas hacia países periféricos o con mayores dificultades sociales y económicas. Países pequeños, regiones olvidadas, realidades fronterizas. Esa fue su brújula pastoral.

El caso gallego es especialmente llamativo, dado que el propio Francisco es devoto de San Francisco de Asís, y el año 2015 —año franciscano— se llegó a considerar una oportunidad perfecta para unir esa devoción con el Camino. En aquel entonces, Fray José Rodríguez Carballo, gallego y uno de sus colaboradores cercanos, expresó públicamente su esperanza de que ese fuera el momento adecuado. No lo fue.

Año Xacobeo, oportunidad perdida

Mojón del Camino de Santiago en el entorno del santuario de la Virxe da Barca (Europa Press)

La ocasión más sólida llegó en 2021, con la celebración del Año Santo Compostelano. Era una coyuntura ideal: doble Xacobeo tras la ampliación al 2022 decretada por el propio papa debido a la pandemia del Covid-19, que había paralizado peregrinaciones y eventos religiosos en todo el mundo. La prórroga del jubileo reavivó las esperanzas de ver al pontífice en la Plaza del Obradoiro.

Desde Galicia se multiplicaron los gestos. Invitaciones formales de la Xunta y del Gobierno central, contactos diplomáticos desde el Vaticano, gestos desde la Iglesia local y hasta planes logísticos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó personalmente la invitación durante una visita oficial al Vaticano en 2020. Lo mismo hizo, poco después, el entonces presidente gallego Alberto Núñez Feijóo.

En septiembre de 2021, el propio Francisco llegó a declarar públicamente su deseo de viajar a Galicia en 2022. Las fechas del 7 y 8 de agosto se barajaron en Roma, pero las autoridades gallegas preferían el simbólico 25 de julio, día del Apóstol. Las negociaciones no prosperaron.

Todo parecía más cerca en 2023, cuando el papa programó su viaje a Portugal para presidir la Jornada Mundial de la Juventud. Muchos creyeron que era el momento idóneo para que diera ese salto simbólico hasta Compostela. Sin embargo, no ocurrió. Las razones no fueron solo políticas o simbólicas. El deterioro físico del pontífice era ya evidente, y su agenda internacional comenzaba a reducirse drásticamente.

Una ausencia con significado

¿Por qué nunca llegó a pisar Galicia? La respuesta está entre líneas, en sus propios gestos y prioridades. Francisco quiso evitar que un viaje a Santiago fuera interpretado como una visita política a España. Su frase, repetida en varias ocasiones —“Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España”— parecía apuntar a su voluntad de evitar el foco mediático nacional, o quizá a una lectura pastoral distinta: la del Camino como fenómeno universal, más allá de fronteras.

El mensaje quedaba claro: si iba, no sería como parte de una gira española, sino como un peregrino más. Un deseo que, finalmente, no se cumplió. La muerte del pontífice cierra un capítulo que, en Galicia, muchos aún esperaban escribir.

(Con información de EFE)