El descubridor de Mastantuono cuenta lo primero que lo sorprendió del jugador y el consejo de Gallardo para buscar talentos

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Mastantuono festejando su golazo en el Superclásico (Foto REUTERS/Agustín Marcarian)

Hay muy pocas personas en el mundo del fútbol que conocen a Franco Mastantuono tanto como su descubridor, Daniel Brizuela, que lo observó por primera vez cuando tenía 9 años en Azul, ciudad de nacimiento del talentoso mediocampista. Desde que lo vio en el 2017, el ex director de Captación de River quedó encantado con su manera de jugar y estuvo durante dos años viajando a su lugar de origen para insistir y convencer a sus padres de ficharlo en Núñez. “Franco tiene un guante en el pie y una mira telescópica en el ojo. No es casualidad que tenga tanta efectividad. El haber jugado tenis le incorporó precisión en la pegada e influyó mucho en su etapa infantil”, le cuenta el captador de talentos a Infobae.

Mastantuono llegó al club millonario en 2019. La pandemia, en 2020, le puso pausa a su carrera, aunque trabajó de manera personal. Entre el 2021 y 2023 se lució en las divisiones inferiores riverplatenses y firmó su primer contrato profesional. A partir de 2024, jugó en Primera de la mano de Martín Demichelis. Tras la llegada de Marcelo Gallardo como DT, se mantuvo en el plantel y fue sumando minutos, hasta convertirse en un titular indiscutido para el Muñeco en su equipo, que crece día a día.

El pibe Maravilla, de 17 años, está pasando por el mejor momento de su corta carrera. Viene de convertirle un golazo de tiro libre a Boca Juniors en el último Superclásico y ese día se llevó todos los flashes del Monumental. El talentoso zurdo está en el radar de los mejores equipos de Europa. Su salida de Núñez tiene una cláusula de 45 millones de dólares, pero tiene un contrato vigente hasta diciembre de 2026. Aunque por ahora, su continuidad parece garantizada hasta fin de este año.

Daniel Brizuela, el descubridor de Mastantuono

“No creo que tenga todo hoy para irse a Europa. Recién tiene 17 años. Como le pasa a la mayoría de los futbolistas, a partir de los 23, 24 años será otro jugador, porque necesita llevar a cabo el proceso de maduración. Es precipitado que se vaya ahora, pero no está mal que un equipo grande quiera al futbolista, siempre y cuando, se respeten los procesos”, opina Brizuela.

– Que buen momento está viviendo Mastantuono, ¿fuiste parte de su crecimiento futbolístico?

– Y la verdad que sí. Es un momento único para lo mucho que ha trabajado. Porque todo esto, más allá de que muchas personas interactuamos en su formación, es mérito de él. Obviamente, se hizo un sacrificio enorme y acá se están viendo los frutos. Así que la verdad que estoy muy feliz por él, por su familia, porque lograron trabajar como equipo junto a River, lograron este presente. Estoy emocionado y feliz.

– ¿Cómo conociste a Franco?

– Justo estábamos en una gira por la provincia de Buenos Aires. Llegamos a hacer una prueba en Azul y estuve en el lugar indicado, a la hora indicada y pude verlo. A partir de ahí, nacieron un montón de cosas. Gracias a Dios. Fui un bendecido de haberlo descubierto, de haberlo visto, y fui el responsable de iniciar todo un proceso en River Plate. Soy un agradecido a la vida, a Dios, porque también me pasó con el Diablito Echeverri, con Diego Buonanotte. La verdad es que estoy feliz de haber estado a la altura, de que hayan confiado en mi trabajo desde la dirigencia de Rodolfo D´Onofrio, especialmente, y con Marcelo Gallardo. Soy feliz de haber estado a la altura de las circunstancias, pero me ha tocado ser su descubridor, verlo por primera vez, formarlo y empezar a trabajar para llevarlo al club.

Mastantuono y Echeverri, dos talentos captados por Brizuela para River (Foto: REUTERS/Agustín Marcarian)

– ¿Qué recordás de aquel día que lo viste por primera vez?

– Sinceramente, cuando hizo su primera prueba, la primera vez que recibe la pelota tuvo un control orientado como de un futbolista de jerarquía, de nivel uno, y obviamente, eso rápidamente me llevó a seguirlo. Luego, su talento me llamó mucha la atención, porque sus características eran extraordinarias. Recordé la charla que tuve con Gallardo, que él por características siempre nos decía “lo fundamental de un futbolista, lo primero que tenemos que ver, es encontrar que su mayor característica sea ser inteligente, porque si es un futbolista inteligente, el resto lo tiene y eso es un plus”.

– Que buen consejo te dio Gallardo…

– Sí. La toma de decisiones por mal que tenga buena técnica es fundamental. Por más que tenga una habilidad única, si la toma de decisiones no son las correctas, obviamente condiciona bastante. Así que cuando vi eso, la forma que tenía de asociar el juego, la lectura del partido, de dar el pase, de tomar la decisión en el momento justo, me encantó. Más allá de que estábamos en un potrero de la ciudad de Azul, vi eso y el tiempo en la toma de decisión, porque a veces en ese tipo de situaciones, un segundo, una décima de segundo, es mucho tiempo. Entonces, él lo hacía en tiempo y forma. Marcaba una diferencia enorme, que es la que hoy vemos cuando juega en Primera División.

– ¿Qué fue lo primero que te impresionó?

– Fueron dos cosas: la recepción del pase en un control orientado, o sea, en la primera pelota que tocó, se perfiló como para hacer un control orientado, controló la pelota y orientó hacia la segunda jugada. También, la lectura de la segunda jugada antes de recibir el balón. Y después, obviamente, su inteligencia sumada a su personalidad. Empezar, iniciar y tomar esa verticalidad previamente habiendo visualizado la jugada, y luego tomando una decisión a la altura. Entonces dije “este es un niño prodigio, este es un jugador distinto, de nivel uno”, y obviamente empecé a seguirlo en todo el tiempo que se jugó.

 – ¿A qué edad lo viste por primera vez?

– Fue en el 2017. En ese momento, tenía entre nueve y diez años.

– Algo extraño qué a tan corta edad tenga todas esas virtudes como futbolista, ¿no?

– Lo que pasa es que buscábamos para River a un niño prodigio. Era un niño prodigio. En ese instante, un chico que hace eso, sin haber trabajado, sin haber tenido un profesor, todo lo que se hace en la etapa formativa, ya lo traía de cuna. Entonces, esas situaciones, si después las potenciamos con todo lo que representa su proceso formativo, nos va a dar un futbolista de primerísimo nivel como hoy vemos en Franco.

Mastantuono se convirtió en una pieza clave del River de Gallardo (Fotobaires)

– ¿Terminó el partido y qué fue lo primero que hiciste tras la primera prueba?

– Inmediatamente fui a hablar con él, lo fui a saludar. Cuando los chicos son hinchas del club, es más fácil, y eso tiene un plus extra. Entonces, en este caso Franco es hincha de River y obviamente que su sueño era jugar en River, ¿no? Lo primero que le dije fue que lo había visto muy bien y que tenía todas las cualidades para ser jugador de River. Le pregunté por sus padres y fui a hablar con ellos.

– ¿Qué te dijeron?

– Me contaron que, obviamente, era hincha de River y quería ir a la pensión. También, que todavía era chico y que no visualizaban todo lo que él quería hacer de su vida. Después, no se podía empezar a hablar de todo. Les dije que iba a estar en la base de datos del club para hacerle un seguimiento. Me comentaron que él jugaba al tenis. Fue una charla de un ratito, de lo que eran las características de Franco, de lo que estaba haciendo, que estaba estudiando y todo eso cuando uno habla de un chico de nueve años.

– ¿Después les pediste el teléfono y los llamaste en la semana para llevarlo a River?

– No, porque no todos los casos son iguales, ¿verdad? Primero y principal, que todavía no tenía la edad para ir a River. Porque al club en ese momento llegaban a cierta edad y era chico todavía. Ahora no sé cómo se manejan, pero en mi época llegaban a una cierta edad donde estaban capacitados para entrar. Después, en ese momento hacíamos pruebas en el interior. Una vez que los elegíamos en un pueblo, lo llevábamos a una prueba final que era en una ciudad elegida, donde llevábamos a todos los chicos. Entonces, hacíamos todas esas cosas para ver si tenían desarraigo. Luego, los llevábamos a River para que entrenaran con la categoría, para que también lo vieran los coordinadores, el entrenador y demás. En River teníamos todo un proceso. Obviamente que cuando veíamos a un jugador como este, no había nada que evaluar. Yo directamente tomaba la decisión, decía “baja a este jugador”. A mí me pareció que, no solamente por todo lo que tenía, sino que, en esa categoría, ese día no había tantos chicos de la 2007. Entonces, tuvimos que agregar a algunos chicos más grandes, de la 2006. Y cuando vi que a él no le costaba absolutamente nada jugar con los más grandes, sumé de la 2005. Y cuando vi eso, dije “este chico tiene un talento superlativo, no tiene techo”.

Brizuela cree que Mastantuono debe quedarse un tiempo más en River antes de pegar el salto a Europa (AP Foto/Gustavo Garello)

– ¿Después siguió jugando de la misma manera o tuvo altibajos?

– Siempre fue igual donde le tocara jugar. De hecho, hay una linda anécdota que es cuando jugó el primer partido en las infantiles. En Liga Metropolitana juega él porque todavía, obviamente, no se podía registrar en AFA. Eso era a fin de año, a principio del otro año. El tema de la insistencia es muy importante. Muy importante, porque vos para traer a un chico a jugar, así sea en la Liga Metropolitana, tenés que tener en cuenta que en la semana hay treinta o treinta y pico de chicos que entrenan todos los días; que son de acá, de Buenos Aires. Más algunos que vienen a entrenar del Interior para ver cómo desarrollan su juego ahí con los titulares. Y si vos después en la jornada, que en ese día fue contra Banfield, traes a un chico del Interior, obviamente que siempre los padres dicen “¿cómo es, mi hijo entrena toda la semana acá y traen uno del interior?”. A veces es difícil llegar a un acuerdo y que se entienda. Entonces, hubo que insistir mucho.

– ¿Quién insistió mucho?

– Yo voy a poner también a una parte muy importante que fue Cristian, el papá de Franco, porque nosotros en esa época teníamos mucho diálogo. Entonces, él me decía “mira Dani, dale, a ver si podés lograr que Franco pueda ir un rato a jugar, porque es importante”. Eso hubo que gestionarlo. Entonces, todas esas cosas, digamos, que comulgaron para que se diera ese debut. Su papá fue muy importante para que le dieran una oportunidad en River. Me pedía y yo tuve que insistir para que pueda hacer la prueba. Cuando alguien está tocado con la varita mágica, es todo más fácil, porque Franco tenía absolutamente todo. Y hablo de su personalidad, también. Él, cuando entra en el segundo tiempo, habrá jugado 15 minutos y apenas ingresó, mostró su personalidad.

– ¿Qué fue lo primero que hizo?

-Buscó la pelota, encaró, hizo jugar al equipo, marcó goles. O sea, estaba pasando lo mismo que pasa hoy, que todo el mundo dice, entra, pida la pelota, va para adelante, con una personalidad bárbara, no se achica con nada. Eso lo hizo a los 9 o 10 años y vimos que era un futbolista diferente. Entonces, eso también ayudó mucho a que el proceso se adelantara porque, además, cuando vos traes a un chico del interior, después los entrenadores que los tienen todas las semanas, además del coordinador, el director deportivo, tienen que ver que el chico esté a la altura para estar en una pensión. Para que el club inicie también un gasto, una inversión.

As aseguró que Mastantuono podría ir al Real Madrid

– ¿Estuvo en la pensión?

– No, en ese momento no estaba en la pensión. Estaba siendo evaluado para eso porque todavía no estaba fichado. Y eso, te digo, fue un paso increíble para que inmediatamente cuando lo vieran digan “listo, no hay que ver más nada, adentro”. El chico está para entrar a la pensión y trabajar con el primer plan de formación.

– Decís que lo tiene todo. ¿Algún defecto le encontraste que pueda mejorar a futuro?

– No. Mejorar se puede mejorar siempre. Una vez Gallardo nos dijo “en la época que Ronaldo y Messi estaban en España, llegaban dos horas antes o se quedaban dos horas después para mejorar o perfeccionar algo. Si estos dos lo hacían, que son los dos mejores del mundo, ¿qué queda para el resto?”. Entonces, mejorar se puede mejorar siempre. Yo lo que digo es que Franco es muy completo, muy completo. Creo que acá tiene mucho que ver la familia, donde él se formó y los valores que le transmitieron. Entonces, Franco tiene valores muy fuertes.

– ¿Cómo cuáles?

-A los niños, cuando son chiquitos, sus padres les transmiten valores que son de la familia. Después, cuando llega la adolescencia, esos valores hay que trabajarlos. Ahora, Franco observa lo que es el sacrificio, la humildad como valores personales. Tiene la humildad para escuchar al profe, para escuchar al técnico, para el respeto hacia sus compañeros, para con el club. Todos esos valores que se entrenan, que se incorporan en la niñez, hicieron que Franco hoy sea el jugador y la persona que es. Perfectos seres humanos no existen. Pero en realidad Franco, tanto en el estudio como con los valores que los aplica permanentemente, con lo profesional y lo disciplinado que es, y el talento superlativo que tiene, sería el caso que cualquier captador o cualquier club pretende encontrar. Pero, para mejorar en lo futbolístico tiene el cabezazo. No hace muchos goles de cabeza y en eso debería trabajar. Dentro de sus características, tal vez el cabezazo no esté. Porque en realidad, son características más para los centrales que para los delanteros. Si lo tiene, es bárbaro, pero en realidad no es que se necesite tanto eso. Él tiene la inteligencia para hacer jugar a un equipo, para asociar el juego, para ser protagonista y que el equipo sea protagonista. Entonces, cada jugador tiene una función. En el fútbol, al ser un deporte colectivo, se necesita del talentoso, del que corre, del que mete, del que hace gol y son características distintas. Pero todas se necesitan para lograr los objetivos de que un equipo sea protagonista y pueda lograr objetivos claros que se hicieron a principios del año.

– ¿Lo ves bien para pegar el salto a Europa? ¿O crees que un año más en River debería quedarse?

No, no creo que tenga todo hoy para irse hoy a Europa. Recién tiene 17 años. Como les pasa a la mayoría de los jugadores, a los 23, 24 años será otro jugador, porque necesita llevar adelante el proceso de maduración. Yo creo que actualmente los gigantes de Europa vienen a buscar rápidamente a los futbolistas que tenemos en Argentina o en Sudamérica. Es precipitado que se vaya ahora, pero no digo que esté mal que un equipo grande de Europa adquiera al futbolista, siempre y cuando se respeten los procesos. Segundo, por el tema formativo que creo que les sirve muchísimo a los chicos poder transitar un poco más. Voy a poner el ejemplo de Julián Álvarez. Si bien Marcelo es un gran entrenador, también es un especialista en gestión de talento. La gestión que hicieron con Enzo Fernández o con Julián Álvarez son extraordinarias. Fueron llevando los procesos de menos a más.

– ¿Cuáles procesos?

– En el caso de Enzo, fue a ganar minutos a Defensa y Justicia. En el caso de Julián, lo fueron llevando de a 10´, 15´, en el momento que tenía que ser. Son procesos de dos, tres años. Son importantes para llegar en mejor posición a Europa. Si vamos a un ejemplo reciente, en el cual lo viví desde lo personal, porque lo conocí a los 8, 9, 10 años es Claudio Echeverri. O sea, no alcanzó a jugar tantos partidos en Primera y no estaba todavía para irse a Europa. Marcelo dijo en su momento “todavía debería tenerlo un poco más para que llegue mejor”. Bueno, ese es un caso muy puntual, cercano. Lo compró el Manchester City y se lo llevó rápidamente. Todavía no tiene su lugar. Distinto fue lo de Julián, que se lo llevó el Manchester City y rápidamente se incrustó en el primer equipo, más allá de que tenía a esas bestias de futbolistas que por ahí a veces lo dejaban afuera. Pero él cuando entraba, era importante, o sea, ya estaba a la altura. Estaba formado en tiempo y forma. Eso es lo mejor, porque el futbolista joven tiene que quedarse entre los 19 y 20 años en su país para que después cuando llegue a Europa esté a la altura.

– ¿Era calentón Mastantuono ya desde chiquito?

– Tenía su personalidad. Contra Boca se vio parte de su personalidad. No sea achica con nadie. Siempre fue igual. Eso es parte de su carácter. Por eso, yo decía que tanto la inteligencia para tomar decisiones como su personalidad desde que tenía 9 años fue así, él nació así. Entonces, él tiene esa personalidad para llevar adelante su gran talento. Una vez, hablando con un scout de Italia, nos tomábamos un café, intercambiamos información y él me decía que “solo con un gran talento no alcanza”. El futbolista debe tener la personalidad para llevar adelante ese gran talento. Y tal vez, no va a llegar en los niveles que han demostrado los grandes futbolistas. Entonces, si bien Franco es calentón y todo, también es inteligente para saber cuándo no, porque si no, hay algunos que son calentones y se ganan la roja en segundos. Entonces, esas cosas son importantes.

– Franco antes de meterse en el fútbol practicó tenis. Para su formación, ¿cuánto lo ayudó haber practicado otro deporte?

– La parte del tenis, más allá que en algún momento alguien dijo que yo había hablado con los padres y que me habían dicho que él quería jugar al tenis y que hubo que convencerlo a Franco, el chico siempre tuvo la pasión por jugar al fútbol y quiso ser futbolista. Franco jugaba al tenis. Si hubiera jugado al básquet u otro deporte, sería igual un atleta innato, un jugador innato. Su pasión lo llevó a decidirse por el fútbol. Pero lo que digo es que el tenis influyó mucho en su etapa infantil. Fíjense una cosa. Cuando él ejecuta los tiros libres, como el gol que hizo el otro día, en octava división hay un gol idéntico a ese que le hizo a Boca, mucho tiene que ver con el tenis. Si vamos al tenis, en el saque los tenistas tienen que, si lo tiran al medio, la respuesta es agresiva y tienen problema. Entonces, siempre buscan los vértices. En la cancha, buscan los vértices. Entonces él, durante un montón de tiempo, si bien lo hacía con su brazo, con su mano, no deja de incorporar esa situación. Cuando vamos a tirar un tiro libre, yo también fui futbolista, estamos parados, más allá de la técnica, del golpe, de un montón de cosas, estás mirando el ángulo. ¿cómo vas a hacer para ponerla ahí? Bueno, Franco hizo eso durante mucho tiempo con el tenis. Por eso digo que Franco tiene un guante en el pie, y una mira telescópica en el ojo. No es casualidad que tenga tanta efectividad. No es que tiene suerte. El trabajo de tenis le incorporó a él esa parte de precisión con ese guante que tiene en el pie y con esa mira telescópica en el ojo. Es impresionante.