Puntero de su grupo y luego de ganarle ampliamente a Estudiantes por 2-0, Boca se despidió de la Bombonera en su último partido antes del Superclásico frente a River con mucha expectativa y confianza de poder llevarse una victoria en su visita al Monumental, pero tras ese encuentro todo cambió: el entrenador Fernando Gago fue despedido y la vuelta a casa no tendrá margen de error.
Con Mariano Herrón como interino, el Xeneize recibirá al Granate este sábado desde las 21 con la necesidad de llevarse una victoria para avanzar a los cuartos de final del Apertura. Si bien cuenta con la ventaja de ser local, donde no perdió en lo que va del torneo, un traspié podría provocar un fuerte reclamo de los hinchas.
Es que este año Boca ya viene de sufrir un duro golpe en su casa cuando se quedó fuera de la Copa Libertadores al caer por penales frente a Alianza Lima, resultado que dejó en la cuerda floja a Gago y el 2-1 sufrido en Núñez solo aceleró una decisión que parecía que iba a ser muy difícil revertir.
Además, a nivel dirigencial, una eliminación tan temprana en el torneo local podría ser aún más dramática que el resultado. Es que caer frente al Granate con un técnico interino sería un blanco de críticas fácil contra la dirigencia de Juan Román Riquelme, que ya viene sufriendo por estar atravesando el segundo año del club sin disputar la Libertadores.
Más allá de eso, es cierto que una victoria estaría lejos de confirmar a Herrón en el banco luego del Apertura (la idea es que se quede hasta el final), pero sin dudas dejaría al Xeneize mejor parado y significaría la primera victoria luego de caer con River, resultado que siempre trae consecuencias.
Es difícil imaginar una Bombonera apuntando contra Riquelme por lo que significa el ídolo para la mayoría de los hinchas, pero está claro que Boca se juega más que la clasificación ante Lanús. Y lo saben en el campo de juego, pero también en el palco.
Fuente: TyC Sports
