La fuerte crecida del río forzó el cierre de los accesos a la Garganta del Diablo, el mirador más emblemático de las Cataratas del Iguazú, debido a esto, el acceso a los balcones metálicos fue completamente clausurado, ya que partes del recorrido quedaron sumergidas o dañadas por el agua.
Las lluvias torrenciales en la cuenca alta del río, ubicada al sur de Brasil, provocaron que el caudal alcanzara los 7.840 metros cúbicos por segundo, superando en cinco veces su nivel habitual.
“En condiciones normales, el caudal ronda los 1.500 metros cúbicos por
segundo. Esta vez, el volumen de agua fue tan alto que superó la capacidad de evacuación de varias pasarelas”, indicaron desde la administración del Parque Nacional. Debido a esto, el acceso a los balcones metálicos fue completamente clausurado, ya que partes del recorrido quedaron sumergidas o dañadas.
En el lado brasileño, donde también hay miradores importantes, se activaron protocolos de seguridad. La situación está controlada, pero el acceso permanecerá restringido hasta que se garanticen condiciones seguras de reapertura.
Desde el parque se indicó que “monitorearon en tiempo real la evolución del caudal y revisaron todas las estructuras afectadas”.
Según los especialistas, estas variaciones suceden aproximadamente cada 15 años y se originan en la alternancia de sequías y lluvias torrenciales que afectan al cordón montañoso brasileño de Serra do Mar. En San Miguel, ciudad ubicada en el estado de Paraná 53 kilómetros al norte de Puerto Iguazú, se registraron lluvias que alcanzaron los 250 mm, un 65% sobre la media histórica.
Fuente: LV12