Chelo Weigandt, a corazón abierto: qué lo sorprendió de Messi, la vida “en soledad” y su mirada del vestuario del Inter Miami

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Tenía 15 años cuando lo conocí. Y puedo dar fe que, una década después, la sonrisa de Marcelo Weigandt no cambió. Sigue ocupando gran parte de su cara cuando le muestra su felicidad al mundo. “Soy el que hace asado, el que pone cumbia, el que llega a la mañana y empieza a gritar y algunos me miran como diciendo ‘este de dónde viene’ Vivo así mi vida. Vivo al 120”, dice pocas horas antes de salir a la cancha con el Inter Miami en lo que será el partido inaugural del Mundial de Clubes ante el Al-Ahly, hoy en el Hard Rock Stadium.

El Chelo habló con Infobae y mostró el significado que tiene para alguien que surgió de Monte Chingolo y estuvo desde las infantiles en Boca Juniors, compartir la misma cancha y vestuario que un tal Lionel Messi. “Lo que siempre rescato de él es su personalidad y que le encanta competir muchísimo”, comentó sobre la vida con el astro rosarino en el equipo rosa.

En una charla a corazón abierto, Weigandt no dudo en expresar el impacto que le causó dejar su lugar en el mundo para “volar” de su familia. Además, se refirió a las expectativas de competir en la máxima cita de clubes y el sueño de jugar en la selección argentina mientras disfruta de su estadía en un vestuario plagado de figura mundiales.

Chelo Weigandt junto a Messi y Jordi Alba (David Gonzales-Imagn Images)

– ¿Cómo es tu nueva vida en Miami?

– La verdad que muy bien. Contentísimo, feliz. La verdad que acá el club, la gente es extraordinaria, nos cagamos de la risa, disfrutamos y bueno, competimos al máximo porque tenemos al mejor del mundo. Así que nada, feliz, feliz de estar acá con él (Messi), con todos los chicos. Con Suárez, con Jordi (Alba), con Busi (Busquets), la verdad. Ahora se sumó Oscar (Ustari), que la verdad nos guían un montón. Es muy lindo.

– ¿Cómo fue tu adaptación a un nuevo país teniendo en cuenta que vos, hasta que dejaste Boca para llegar a Inter Miami, seguías viviendo con tu familia?

– Sí, la verdad que bueno, siempre estuve ahí con mis viejos en Chingolo. O sea, nunca me mudé, siempre viví con ellos. Soy muy familiero. Vos sabés que me encanta estar con mi vieja. Es más, llegó mi mamá después de casi siete meses que no la veía. La verdad que es como un plus para mí la familia y me costó al principio. O sea, porque yo en Boca no venía jugando. Eran cuatro meses que no jugaba en Boca y bueno, de a poquito, el Tata (Martino), que justo estaba cuando llegué, me fueron llevando. Los compañeros y como te dije, la gente de acá, increíble. La verdad que es un placer venir todos los días acá. Y me quedo hasta tarde acá. Así que nada, los veo casi 24×7.

– Más allá de la situación que estabas viviendo en Boca, que no estabas jugando, cuando te llegó la propuesta, ¿fue cuestión de segundos la respuesta?

– Sí. Mi representante, que es Adrián Rouco, que bueno la verdad es un genio, siempre me ayudó cuando más lo necesité junto a mi papá y a mi familia, me comunica que Inter Miami estaba interesado. Me dice “ahora te va a llamar el Tata, ¿qué querés hacer?“… ”Vamos, ¿qué estamos esperando?“, le dije. Y bueno, gracias a él, habló con Boca, hicieron lo que tenían que hacer y gracias a Dios se dio y me pude venir. También gracias a Boca hoy estoy acá. Mi representante hizo un esfuerzo grande.

– ¿Cómo fue llegar a ese mundo? Porque es un mundo aparte de la MLS, llegar al Inter Miami y compartir vestuario con estrellas históricas del fútbol.

– La verdad que es una locura el día a día. Todos los días vas aprendiendo algo nuevo de ellos. Lo que yo siempre más rescato es que compiten al máximo, sea un entrenamiento, un partido. Están en todos los detalles. La verdad que también cuando uno llega ellos te preguntan si necesitas algo, son muy atentos. La verdad que como dijiste, por ser grandes figuras son muy humildes, son tranquilos y respetuosos. Eso también uno mira y va aprendiendo, y el día de mañana ojalá Dios quiera a mí me toque dar también ese cariño que ellos te enseñan día a día a lo más chicos y enseñarles.

– ¿Qué te sorprendió de Messi?

– La verdad que cuando habla uno le presta mucha atención porque uno lo ve como como un ídolo, como un ejemplo, porque él luchó mucho también para conseguir lo que hoy en día es. Creo que también ha pasado cosas heavy como pasamos todos nosotros y la verdad que bueno, yo lo veo como persona, no lo veo tanto como un jugador extraordinario, porque cada día te demuestra cosas como de persona de barrio humilde, tranquilo. “¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís?”, te pregunta. La verdad que es algo muy lindo que él sea así con nosotros y que se comunique de esa manera porque nos da mucha confianza. Lo que siempre rescato de él es su personalidad y que le encanta competir muchísimo. Me encanta, me encanta y no se cansa, Él quiere ganar y nosotros vamos atrás de él. O sea, vamos en fila atrás, lo vamos siguiendo y ojalá Dios quiera sigamos logrando cosas con el club, que vamos por buen camino.

– Además, se ha dado algo particular en los últimos tiempos, llegaron muchos jóvenes y el hecho de que Messi sea su compañero, a ustedes les debe servir para aprender en todos los aspectos del juego y de la vida.

– Acá somos casi varios argentinos. Pero bueno, también tratamos de incluir a los chicos americanos que se sientan cómodos. Que a veces les convidamos mate. La verdad es que los chicos también tienen muy buena predisposición. Están aprendiendo a hablar en español. Tienen su profe. Yo en mi caso no sabía nada de inglés cuando llegué y bueno, me puse con un profe. Voy aprendiendo cada día, ellos me van enseñando también, pero nada, es que si yo estoy estoy muy feliz, estoy muy contento de estar acá, de disfrutar el día a día, pero nada es, es algo muy lindo pertenecer al Inter Miami.

– ¿Cómo te sentís con el inglés? Quiero que seas sincero.

– Bien, bien, bien. Yo soy muy cara rota. Viste que a mí no me da vergüenza nada. Llego a la mañana y les digo “Good morning, who are you?” La verdad que yo me voy riendo cada vez que voy hablando en inglés y todos se empiezan a reír porque dicen “¿este nos está hablando en serio o nos está jodiendo?” Ya saben que vivo sonriendo. Disfruto mi vida al máximo, cada detalle, sea un chiste o si veo a un compañero mal, trato de preguntarle cómo anda, si necesita algo y animarlo. Muchos de nosotros extrañamos a nuestra familia y la verdad que a veces hay una sonrisita o un “Che, dale vamos”, no viene mal.

– ¿Difícil la vida en soledad? La ciudad te ofrece un abanico interesante con el clima y la playa, pero imagino que eso debe haber ayudado mucho para que vos te sientas mejor cuando llegaste.

– Y la verdad que sí. A mí me gusta mucho el calor. Me gusta ir a la playa, tomar mate tranquilo. Pero bueno, como te dije yo cuando me vine acá siempre estuve al lado de mis viejos. Fue como un “dale, tenés que volar, no podés estar allá abajo de nosotros”. Me fui acostumbrando. Me fui adaptando. Empecé a cocinar, a lavar la ropa. Es más, todavía no plancho. Por eso los chicos, cuando vengo acá me dicen “Che, me parece que le falta una planchita en casa…” Tampoco me pidan mucho, les digo, por favor. Pero la verdad es que uno también va haciendo amistades nuevas y trato de llevarla. Y como te dije, justo llegó mi mamá que no la veía hace siete meses y nada, la verdad que verla y es como volver a nacer y tenés a tu vieja y vos decís la puta madre, cómo te extrañé. Y pensar que por ahí mucha gente tiene un familiar o algo que lo tiene tan cercano y por ahí a veces no nos damos cuenta porque la verdad que tenemos tantas cosas en la cabeza, pero yo creo que a veces hay que frenar un poco la pelota y fijarse en pequeños detalles que uno tiene al lado y darle un abrazo a tu mamá, tu papá, tu abuelo, hermanos, lo que sea, familiares. Es algo muy lindo.

– ¿Cómo vivieron ellos tu despedida? Imagino que habrá sido terrible.

– La verdad que fue muy dura. Mamá me llamaba todos los días junto con mi papá, mi hermanita, que bueno, vienen cada tanto. Como te dije, gracias a Dios tenemos todo lo que es esto, que es la tecnología que te puedes comunicar a través de una camarita, de lo que sea, pero uno viste, es como yo le digo, nos podemos hablar todos los días, pero otra cosa es tenerte acá conmigo, o sea, darte un abrazo y decirte “te amo mamá”, de que me dé un beso en la frente, que me diga buenas noches. Es algo extraordinario, pero uno elige esto, yo hago lo que amo, Me encanta, me gusta mi profesión, amo estar acá, amo el fútbol. Y bueno, son sacrificios que hay que hacer. Hicimos muchos sacrificios a mi familia entre todos, desde muy chico. Y bueno, uno tiene que empezar a volar y hacer sacrificios para que todos podamos progresar. Y el día de mañana que mis hijos tengan un buen pasar y no pasen por ahí las cosas que uno pasó

– ¿Qué expectativas tenés y tiene el equipo para el Mundial de Clubes?

– Uno siempre se pone objetivos. Vamos a ir partido tras partido y como te digo, vamos a trabajar a full, a fondo, porque el año pasado tuvimos un gran torneo, tuvimos la posibilidad de entrar al Mundial de Clubes, que para el club es algo importante y para nosotros también. Ni hablar que que es competir al máximo. Vamos a competir al máximo y a trabajar junto con Javi (Mascherano) y su cuerpo técnico, que venimos trabajando muy fuerte y también es una persona que compite y está todo el día exigiéndote. La verdad que es un gran técnico y nos da muchas herramientas. Después nosotros somos los que estamos dentro de la cancha y decidir lo que por ahí él nos dice y también atrevernos un poco más, como te digo, competir, competir al máximo, siempre dando todo. Ojalá podamos hacer que el club llegue lejos.

El lateral argentino, en acción con la camiseta del Inter Miami (Nathan Ray Seebeck-Imagn Images)

– Boca fue tu casa gran parte de tu vida futbolera. Más allá que fuiste jugador de primera, hiciste todas las inferiores y sos hincha del club. ¿Cuánto lo extrañas?

– Sí, extraño mucho. Extraño a la familia. Porque ahí adentro del club me quedaron muchísimos amigos, me conocen todos. Estuve desde los seis años. Sigo en contacto. Hoy en día también con gente de limpieza, cocineros, utileros. La verdad que uno extraña mucho, su gente también. La verdad que igual a través de las redes hoy en día viste que te pasan todo su cariño, pero bueno, también influyen muchas cosas que uno tiene allá en Argentina, que también, como te digo, mi abuela, mis abuelos, mis primos, amigos, la verdad que es un sacrificio, como te dije, es un sacrificio que uno tiene que hacer, tiene que poner las pelotas en la mesa y decir “sí, vamos, disfrutemos el día a día. Vamos a meterle, Compitamos al máximo” La verdad que es algo que yo amo, amo mucho esto, esta profesión, amo lo que hago y bueno, son cositas que uno tiene que ir superando y metiéndole. La vida como te digo tiene sus malas rachas a veces, pero bueno, uno cuando vienen las cosas buenas hay que aprovecharlas, disfrutar y sonreír, que nada, que la vida da muchas vueltas y es muy linda.

– ¿Qué soñás para lo que se viene? Yo sé que todavía estás con contrato en el Inter y vivís mucho el día a día, pero cualquier futbolista está ahí, como muy atento a lo que pasa a su alrededor. Es casi inevitable.

Uno de mis sueños es jugar en la Selección, como vos sabés. Me conocés desde los 15 años, pasé por la Sub 15, Sub 17, Sub 20, fui sparring de la selección mayor. Creo que es uno de mis sueños poder poder estar ahí. Sé que tengo que seguir aprendiendo muchas cosas, por eso trato de siempre estar atento en cada entrenamiento y escuchar a los grandes compañeros que tengo. Trato de llevar una vida tranquila para poder cumplir ese objetivo que tanto deseo Y bueno, la verdad que ni te digo jugar un Mundial o en unas Eliminatorias. Un partido ahí adentro, lo que sea, no importa, un amistoso. Es cuestión de representar a mi país. Sería algo soñado y que deseo mucho. Pero como te digo, tengo que seguir trabajando, hay que seguir mejorando y ojalá Dios quiera y mi abuela del cielo me sigan guiando de esta manera. Lo más importante es que además de ese sueño, mi familia esté bien y no les pase nada con el tema salud, que es lo más importante.

– La última… Te gusta ser anfitrión de tus compañeros en tu casa, recibirlos, mostrarles un buen asado argentino.

– Yo soy el que hace asado, el que pone cumbia, el que llega a la mañana y empieza a gritar y algunos me miran como diciendo “este de dónde viene” Vivo así mi vida. Vivo al 120. Me encanta, por eso a veces paro la bocha. Digo “pará Marcelo, tranquilizate un poco, porque en cualquier momento tus compañeros te cagan a palos. No podés venir todos los días y poner música a todo lo que da”. Pero la verdad es que acá los chicos son un amor, son todos muy buena gente, que es lo más importante, y compiten al máximo. Todos queremos lograr muchas cosas con este club y ojalá podamos seguir haciendo historia.