¿Un “figureti”?: la curiosa fortuna de Manuel Castillo, el príncipe de La Salada

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Manuel Castillo, hijo de Jorge Castillo, detenido por lavado de dinero y evasión

La casa ya había caído cuando el príncipe de La Salada entró en silencio a la central de la Policía Federal. Ocurrió el 22 de mayo pasado al mediodía, poco después de que su padre, Jorge Castillo fuera detenido en su mansión del country Haras El Argentino en Luján, acusado de ser el máximo capo de la asociación ilícita dedicada a lavar el dinero de la megaferia clandestina que fundó 23 años atrás en Lomas de Zamora, y que convirtió en un holding de empresas multimillonario, en una economía en sí misma.

“El Rey de La Salada”, lo llamaron durante años a Castillo padre. La Justicia, con una investigación de más de dos años de duración a cargo de la fiscal Cecilia Incardona, bajo la firma del juez Luis Armella; acusaba a su hijo Manuel Jorge de ser una parte clave en la historia. Llamado así por su abuelo paterno, tiene 21 años.

Entonces, acompañado de su abogado, a horas del arresto de su padre, llegó a la sede la PFA en Montserrat y se dejó esposar y fichar, con un gesto calmo, vestido en jogging y zapatillas.

Sorprende el cambio en la sangre. Los Castillo solían ser mucho más temperamentales, dicho de forma leve. Casi diez años atrás, también en su mansión y en una redada idéntica, su padre le disparó con una escopeta a los policías de la Bonaerense que derribaban su puerta.

Tratar de “multimillonario” al negocio de La Salada es quedarse corto; el lenguaje no ofrece términos más precisos para la situación. La fiscal Incardona detectó depósitos bancarios en efectivo por más de $33 mil millones de pesos a las diversas firmas del holding que explota el alquiler de al menos 6 mil locales en el conglomerado de Ingeniero Budge.

El dinero en negro, se sospecha, sería mucho más. En la redada de 62 allanamientos del 22 de mayo pasado, la Superintendencia de Agencias Federales de la PFA encontró $432 millones de pesos y dos millones de dólares en efectivo. Se allanó un local de venta de baterías en la localidad de Bella Vista, sospechado de ser la cueva principal de la feria; allí, se hallaron cinco máquinas de contar billetes.

La Salada, gigantesca como parece, era un asunto familiar. La supuesta cueva le pertenecía a Nicolás Picca, ex yerno de “Quique” Antequera, jefe de la feria Urkupiña, parte del triángulo de poder junto a Castillo, prófugo hasta hoy.

Picca está detenido, así como Lucas y Alan, hijos de Antequera. Aldo Presa, administrador de La Salada, cayó con su hija Guadalupe.

Hay cientos de horas de escuchas telefónicas en la causa. En una de ellas, Guadalupe comenta con su padre sobre conformar una sociedad en Estados Unidos. En otras intervenciones, Natalia Luengo y Nilda Arrieta, pareja y suegra de Jorge Castillo, hablaban sobre negocios sin preocupación alguna.

Y aquí, en esta trama familiar, es donde entra el príncipe Manuel, con un rol -supone la fiscal- mucho mayor que el de un prestanombre.

Jorge Castillo y su pareja en sus vacaciones en Dubai y las Islas Maldivas

“Un figureti”, según su padre

En los papeles de ARCA, Manuel figura como empleado de su padre, con aportes al día. También, está registrado como empresario polirrubro, con negocios como la venta de propiedades y la explotación de taxis.

El juez Armella aseguró en su reciente acusación:

“Se imputa a Manuel Jorge Castillo la ocultación y administración de ganancias de la empresa que preside, ‘La Salada Pagos S.A.’, mediante depósitos en efectivo y transferencias, procedentes de los alquileres de los puestos que explota la sociedad Paseo de Compras Mogote S.A. en ‘Mogote Factory’“, la otra feria de los Castillo, ubicada en Flores.

Paseo de Compras Mogote SA explota esa feria: Manuel, de acuerdo a la composición societaria, es su presidente.

“Parte de dichas ganancias fueron utilizadas por el imputado y otra parte transferidas a su progenitor, Jorge Omar Castillo, y a la pareja de éste, Natalia Paola Luengo. El imputado ejerce la gerencia formal de las empresas La Salada Pagos S.A., Paseo de Compras Mogote S.A. y Desarrollo Inmobiliario del Oeste S.A., entre otras, constituidas por el grupo delictivo para ejecutar maniobras de lavado de activos”, continuó Armella en un documento de la causa.

La Mansión de Castillo en Luján

Sin embargo, la administración de estas firmas, en los hechos, estaría a cargo de Castillo padre y su mujer. En octubre de 2023, precisamente, entró al directorio de otra empresa inmobiliaria, Álamos del Oeste, registrada en territorio porteño, fundada, supuestamente, en 1995.

De una cuenta de La Salada Pagos, por ejemplo, Manuel recibió depósitos por $227,5 millones. A su vez, de acuerdo a la misma imputación en la causa, le ingresaron en otras cuentas personales $749,5 millones.

Luego, están los vehículos. “Se determinó que Manuel Jorge Castillo adquirió y administró, al menos, los siguientes bienes, con el fin de darle apariencia lícita a las ganancias obtenidas de sus actividades delictivas”, reza. Entre ellos, una camioneta Mercedes Benz Sprinter valuada oficialmente en 37 millones de pesos.

Sin embargo, a pesar de todos estos números, su padre intentó correr a Manuel del calor judicial la semana pasada, cuando aceptó ser indagado durante más de tres horas. “La Salada Pagos no está operativa y la cuenta está cerrada, me pidieron procedencia de fondos e igual la cerraron, de Punta Mogote Factory, es la misma operatividad de Punta Mogote, pero lo puse a mi hijo. Lo administra mi hijo, es figureti”, aseveró Castillo padre.

En su pedido de detención, Incardona afirmó que Castillo junior actuaba “como cara visible” de las empresas familiares “para ocultar al verdadero titular”. “Debemos valorar también que su perfil patrimonial no se condice con los movimientos millonarios de dinero de esas empresas y carece de otra actividad lícita que justifique las operaciones en cuestión”, finalizó la fiscal.