Dudas y certezas en torno a la violenta muerte de una pareja en su casa del barrio Ojo de Agua

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Un trágico episodio sacudió al barrio Ojo de Agua en San Miguel de Tucumán. Un matrimonio de 50 años fue encontrado sin vida en el interior de su vivienda ubicada en San Lorenzo al 3.900. El hallazgo, que tuvo lugar en las primeras horas del lunes, activó una investigación judicial bajo la carátula de averiguación de causa de muerte, y por el momento no se descarta ninguna hipótesis.

El hecho fue descubierto por el hijo menor de la pareja, Mateo Maximiliano Suárez, de 21 años, quien al regresar al domicilio familiar en la madrugada se topó con la impactante escena: sus padres, Adriana Belén Córdoba y Juan Alberto Suárez, yacían muertos en una de las habitaciones, con heridas de arma de fuego y rodeados de manchas de sangre. También se halló un pistolón en el lugar, elemento que se encuentra bajo peritaje judicial.

La noticia llegó a la Policía tras una alerta emitida por la hermana de la mujer fallecida, quien se presentó en la comisaría seccional 3ª manifestando preocupación por un posible “hecho de sangre”. Minutos después, efectivos policiales acudieron al domicilio y encontraron al joven en estado de shock. Luego de contenerlo, pudieron reconstruir los primeros datos sobre la escena del crimen.
La Fiscalía de Homicidios de feria, a cargo del fiscal Pedro Gallo, tomó intervención inmediata. En el lugar trabajó personal de la División Homicidios, encabezado por Susana Montero, y el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), bajo la coordinación del auxiliar de fiscal Lucas Maggio, junto a los instructores Ramón Soria y Juan Vilardi.
Aunque inicialmente se barajó como hipótesis principal un homicidio seguido de suicidio, los investigadores prefieren mantener una mirada amplia. “No vamos a encasillarnos en una única línea. Necesitamos contar con todos los resultados forenses y digitales antes de confirmar cualquier teoría”, señalaron fuentes judiciales.
Las primeras entrevistas a familiares, vecinos y allegados revelaron que la pareja no tenía antecedentes de violencia doméstica ni conflictos recientes conocidos. “Los vecinos estaban en shock, todos los describían como una familia tranquila y unida”, comentó un oficial interviniente.
En principio, tampoco surgieron indicios de la presencia de terceras personas en el domicilio durante el horario estimado de los hechos, que habría ocurrido durante la noche del domingo al lunes. La escena, sin signos de violencia externa o ingreso forzado, refuerza la hipótesis de un hecho perpetrado en el interior del círculo familiar.
El avance de la causa dependerá ahora de tres pilares fundamentales: el resultado preliminar de las autopsias, el análisis de los dispositivos electrónicos secuestrados en la vivienda —como los teléfonos de las víctimas—, y la ampliación de declaraciones testimoniales.
Con estos elementos, la Fiscalía espera poder reconstruir las últimas horas del matrimonio, entender el vínculo que unía a Córdoba y Suárez, y eventualmente confirmar si se trató de un acto impulsivo, planificado o vinculado a un conflicto subyacente.
Por el momento, el barrio Ojo de Agua sigue consternado por el suceso. Las persianas bajas de la casa y el silencio en la cuadra contrastan con el operativo policial que hasta ayer continuaba recabando indicios. “Nada hacía presagiar un final así”, reiteran vecinos, mientras la justicia intenta desentrañar qué ocurrió puertas adentro de ese hogar.
Fuente:contexto

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