Una banda acusada de realizar una decena de robos en comercios, empresas y casas de las ciudades bonaerenses de Junín, Leandro N. Alem, Rojas, Los Toldos y Arrecifes fue desarticulada tras la detención del último prófugo. El joven de 20 años se encontraba escondido en Pergamino y quedó a disposición de la Justicia.
El sospechoso arrestado en las últimas horas fue identificado como Rodrigo Valentín Di Marco.
Según los investigadores, el grupo había actuado entre septiembre de 2023 y diciembre de 2024. Los delincuentes elegían la modalidad de boqueteros para entrar a los lugares, perforaban paredes o techos para alcanzar cajas fuertes o zonas donde pudiera haber dinero.
Además, usaban inhibidores de alarmas, handys para comunicarse, pantallas refractarias y aerosoles para anular cámaras de seguridad.
Y se movían en autos “mellizos”, es decir, vehículos con patentes duplicadas o adulteradas para evitar cualquier identificación.
La causa la lleva adelante la Unidad Funcional de Instrucción N°6 de Junín, a cargo de la fiscal María Fernanda Sánchez. Tras las denuncias de las víctimas y el análisis del material de las cámaras de seguridad del Gobierno de Junín, junto al trabajo del Gabinete Tecnológico de la DDI, se identificó a los responsables, uno de los cuales ya se encontraba detenido en la Unidad Penal Nº13 de Junín: había caído poco tiempo antes por otro hecho de robo.
La Justicia dispuso 12 allanamientos en Junín y Pergamino, donde apresaron a dos de los integrantes del grupo y secuestraron herramientas, pasamontañas, pintura negra, celulares, una pistola calibre 9 milímetros y dinero en efectivo.
Así, Di Marco era el único miembro que seguía en fuga. Finalmente lo encontraron en una casa de Pergamino, gracias a información que indicaba que estaba oculto allí.
En las próximas horas el detenido será indagado por la fiscal Sánchez.
El accionar de esta banda no es el único caso de boqueteros en el año. En enero, en La Plata, hubo un robo con ese método en la empresa La Plata Clima. Un grupo de ladrones ingresó por un agujero en el techo, cortó la luz y bloqueó las cámaras. Fueron directo a las cajas fuertes y se llevaron 250 millones de pesos.
A pesar del sistema de alarmas de la empresa, los delincuentes encontraron la manera de moverse por zonas donde no saltaban los sensores. Nadie advirtió el robo hasta el arranque de la jornada siguiente.
En abril, una familia de González Catán fue detenida luego de hacer un boquete en la pared que dividía su casa de la de la vecina, aprovechando que no estaban los dueños de casa. De esa manera entraron por el hueco, desvalijaron el lugar y se llevaron dinero, electrodomésticos y el celular de la propietaria del lugar.
La Policía avanzó con la investigación y los encontró aún con las pertenencias robadas, además de escopetas y herramientas usadas para el robo.
En mayo, un ciudadano chileno fue arrestado en Escobar cuando intentaba perforar una pared para meterse en un banco. La sorpresa de esa investigación surgió luego, cuando quedó acusado de haber participado también en un robo a una joyería del centro de Morón realizado por el mismo método de boquetero, que involucró el uso de autos con patentes duplicadas y la anulación de alarmas.
Aquella detención llevó a más allanamientos y al arresto de otros cinco sospechosos del grupo.
