La ciudad de Paraná, capital de Entre Ríos, amaneció este martes bajo un fuerte temporal que se prolongó durante varias horas y dejó como saldo calles anegadas, viviendas afectadas y decenas de llamados de emergencia. El fenómeno, que comenzó en la madrugada, acumuló entre 40 y 60 milímetros de agua en pocas horas y generó el desborde del arroyo Antoñico, uno de los principales cursos de agua que atraviesa la capital entrerriana.
De acuerdo con lo informado por el director de Protección Civil de la Municipalidad, Lucas García, los barrios más golpeados fueron Capibá y El Radar, ambos ubicados en la zona sureste y directamente atravesados por el arroyo.
Allí, el agua ingresó en varias casas, provocando daños parciales, aunque no se registraron evacuaciones. La asistencia municipal se tradujo en la entrega de rollos de nylon agrotileno, destinados a evitar filtraciones por techos dañados, además de frazadas para quienes enfrentaron la noche con complicaciones.
El coordinador detalló a medios locales que en total se asistió a más de 30 familias, no solo por anegamientos, sino también por voladuras de techos y desmoronamientos en fondos de viviendas.
“No peligraron las familias, pero hubo dos lugares donde se desplomaron los fondos de las casas y se tiene que rever la situación”, indicó a El Once. Entre los barrios afectados mencionó -además de Capibá y El Radar- a Alloati y Los Hornos, donde los equipos municipales trabajaron durante toda la jornada.
La cronología del temporal muestra que entre las 3 y las 6 de la madrugada las lluvias no obligaron a intervenciones inmediatas. Sin embargo, desde las 7 de la mañana comenzaron a multiplicarse los pedidos de ayuda. En apenas dos horas, la central de emergencias recibió más de 30 llamados a la línea habilitada por Defensa Civil.
Otro componente del fenómeno fueron los vientos, que según los registros oscilaron entre 40 y 70 kilómetros por hora. Esa condición provocó la voladura de techos en distintas zonas, lo que obligó a redoblar la asistencia con materiales de cobertura.
A ello se sumó la caída de un árbol en el barrio 4 de Junio, que interrumpió parcialmente una calle y demandó el trabajo de cuadrillas municipales durante la mañana.
En paralelo, el temporal puso en evidencia la situación de personas que viven en la calle. Empleados municipales realizaron recorridas para acercarles bebidas calientes y desayuno, indicó el medio local Ahora.
En cuanto a las casas derrumbadas y los colapsos en distintos barrios, diversas familias quedaron en una situación crítica. En calle Cabildo Abierto, en el barrio Mariano Moreno, una casa cedió por completo en cuestión de horas.
“Sentimos muchísima impotencia porque en menos de 24 horas perdimos todo”, relató a El Once una de las propietarias, que tuvo que retirar sus pertenencias.
La vecina explicó que no se trata de un hecho aislado, ya que las viviendas de la zona presentan la misma fragilidad estructural. “Tengo una casa al lado y está en condiciones similares. Va para el mismo camino porque todas las casas acá están encadenadas”, aseguró.
Otra vecina describió su propia situación: “Han pasado distintos gobiernos y nada, mi casa prácticamente está derrumbada. De a poco hay que correr las cosas y en breve me quedo en la calle. Tengo un solo sueldo y no tengo dinero para pagar un alquiler”.
Con resignación, señaló que debió mover su cama al comedor porque ya no queda espacio habitable. “Anoche escuchábamos cómo cedía el terreno; parecían tiros y no, eran los socavones”, dijo.
Otro vecino recordó que el problema se arrastra desde hace décadas. “Desde el año 1995 venimos con este problema, necesitamos una obra definitiva de contención. Nos dicen que nos vayamos de la casa, pero tenemos miedo de que se metan. Ya hemos visto gente merodeando”, agregó al medio entrerriano.
Mientras tanto, los habitantes del lugar fueron informados de que este jueves comenzarían trabajos en el arroyo que bordea la zona, aunque la expectativa se centra en una solución de fondo que garantice la seguridad de las viviendas.
El impacto de las tormentas no se limitó a Mariano Moreno. En el barrio Las Flores, sobre calle Florencio Sánchez, el colapso del terreno provocó el derrumbe de los sectores traseros de dos casas y afectó a una tercera ubicada en la parte inferior.
Uno de los damnificados, Emanuel Cáceres, contó a El Once: “Hicimos una contención pero, con las lluvias de esta madrugada, se derrumbó todo. Por suerte fue de noche y no hubo que lamentar heridos”. Resaltó que tuvieron suerte porque habitualmente en el lugar juegan niños.
En tanto, Rubén Aranda, otro vecino, advirtió que tres familias siguen en riesgo. “Necesitamos la ayuda del municipio para evitar que se pierdan estas casas”, expresó.
Por su parte, José Ramírez, dueño de la vivienda más baja, mostró su preocupación: “Tengo nietos que juegan en el patio y el peligro es constante. Si el resto del muro cede, puede caer sobre mi casa mientras dormimos”.