Un chico había ido armado hace un mes a otra escuela de la misma ciudad de Mendoza donde se atrincheró la alumna de 14 años

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La escuela Galileo Vitali de La Paz, Mendoza

La pequeña localidad de La Paz, en la provincia de Mendoza, se vio sacudida esta semana por el caso de la adolescente de 14 años que se atrincheró en su escuela durante cinco horas, armada con la pistola calibre 9 milímetros de su papá policía con la que disparó tres veces. Sin embargo, no se trató del primer caso de un chico que armado en un colegio de la ciudad.

Según confirmaron fuentes del Ministerio de Educación de la provincia a Infobae, el pasado 30 de julio un estudiante de 13 años llevó un cuchillo a la escuela tecno-agropecuaria Galileo Vitali, otro establecimiento secundario de La Paz.

De acuerdo con lo que revelaron las fuentes a este medio, el alumno llevó un cuchillo dentro su mochila, con la intención de mostrárselo a sus compañeros de clase. Se trató de un arma blanca que su padre usaba para el trabajo en el campo.

Después de que hallaron el arma, “se activó el protocolo y el chico la entregó”. “Luego, convocaron a sus papás y el episodio fue consignado nuestro sistema de alerta”, agregó la fuente consultada por Infobae. En ese sentido, aclaró que no se trató de un episodio de amenaza ni de peligro para los otros estudiantes ni personal de la escuela.

De hecho, según confirmaron desde la Justicia a este medio, no intervino ningún fiscal. De acuerdo con lo que trascendió, el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) se encuentra realizando un seguimiento del caso.

Este antecedente cobró especial relevancia tras el violento episodio del miércoles en la escuela Marcelino Blanco, donde la alumna de 14 años ingresó con una pistola 9 mm, efectuó tres disparos dentro del establecimiento y permaneció atrincherada en el patio durante casi cinco horas antes de entregar el arma.

La intervención de fuerzas especiales de la Policía y negociadores de la Dirección General de Escuelas (DGE), junto con especialistas del Grupo GRIS y psicólogos, permitió contener a la adolescente y resolver la situación sin que se registraran heridos. No obstante, el impacto emocional en docentes, estudiantes y familias fue de gran magnitud.

Luego de deponer su actitud, la chica fue internada en el hospital Dr. Humberto Notti, donde se determinó que su estado de salud físico era “óptimo”, aunque recibió contención de un equipo multidisciplinario de salud.

Fue abordada en una primera instancia por profesionales y trascendió que ya mantuvo una entrevista con los médicos, al igual que los papás. Según supo Infobae, la adolescente no quedó a cargo de los padres sino de otro familiar.

El jueves siguiente no hubo actividad en el colegio debido al asueto por el Día del Maestro y el vierne se hizo un jornada de reflexión con la comunidad educativa, en la que hubo un abordaje general sobre lo que pasó.

Según habían explicado a este medio, la jornada contó con la presencia de un equipo interdisciplinario que recibió a los papás, a los docentes y a los chicos. “No hubo clases formales, pero sí un día de reflexión, de sensibilización, de concientización, para detectar situaciones específicas que requieran un abordaje más puntual o personal, en función del trauma que ha generado el episodio en la misma escuela”, indicaron.

Tras ambos episodios, la DGE aseguró que se aplicaron los protocolos vigentes para casos de violencia escolar y que los equipos interdisciplinarios trabajan con las familias involucradas.

El caso y la investigación

Todo comenzó el miércoles cerca de las 9:30 en el colegio Marcelino Blanco, cuando la adolescente de 14 años aprovechó un recreo para ir al baño y cargar un arma que se había llevado de su casa, donde vive con su papá, un efectivo de la Policía de San Juan.

En ese contexto, mientras sus compañeros estaban disfrutando de su tiempo libre en el patio, la menor salió con la pistola, los amenazó y efectuó tres disparos al aire.

Según el relato de los testigos, tras el primer estruendo muchos creyeron que la chica había arrojado un “chasquibum”, la pirotecnia hecha con papel de seda que produce una pequeña explosión al ser arrojada contra el suelo.

Sin embargo, antes de disparar por segunda vez, la estudiante mostró su arma frente a todos y dejó en claro que la amenaza era de verdad.

En ese momento, una joven que presenció la secuencia contó que la adolescente le apuntó a un compañero con la pistola y le dijo que lo iba a matar. “Después le dijo que ya volvía porque primero iba a buscar a otra profesora“, contó.

Tras el segundo y el tercer disparo, un clima de terror y pánico se apoderó de la escuela. Los alumnos salieron corriendo y se encerraron en sus cursos. Desde allí, escondidos, algunos lograron grabar a la chica que deambulaba por los patios del establecimiento con su pistola. Otros llamaron a la policía desde sus celulares.

Varios minutos después, las autoridades escolares evacuaron a todos los estudiantes. Tras más de cinco horas de tensión y pánico, la nena finalmente entregó el arma y la situación fue controlada.

Por su edad, es inimputable. Su caso lo toma directamente el ejecutivo a través del ETI, organismos del Gobierno de Mendoza que intervienen en casos de niños, niñas y adolescentes protegiendo sus derechos. Estos equipos realizan abordajes, toman medidas de protección y brindan seguimiento a los menores.

Mercedes Rus, ministra de Seguridad de la provincia de Mendoza, dijo que se va a hacer un análisis en materia de redes sociales para detectar los antecedentes que podrían haber llevado a la menor a tomar el arma e ir a su escuela. “Se secuestró el celular de la joven”, dijo la ministra.