
En el corazón del vestuario del Bayern Múnich, cada detalle se cuida al extremo: desde la velocidad de los entrenamientos hasta el sabor de los platos en la mesa. Más allá de la táctica y la preparación física, la alimentación se ha convertido en una de las claves menos visibles y más determinantes del éxito.
Principios básicos: comida real, calidad y sabor como regla
La filosofía del Bayern prioriza la comida auténtica y de alta calidad. “Comida primero”, sintetiza Melf Carstensen, jefe de nutrición del club. Antes que cualquier suplemento, polvo o cápsula, se imponen ingredientes frescos y platos completos, preparados junto a los chefs Stefan y Jonny.
La premisa: la alimentación de alto rendimiento debe ser “tan poderosa como deliciosa”. Así lo explicó Carstensen en el video publicado en el canal oficial de YouTube del Bayern Múnich, titulado “This is what FC Bayern’s nutritionist advises EVERY athlete”.
El enfoque “food first” no solo potencia el rendimiento físico, sino que persigue que cada comida resulte atractiva y disfrutable. Carstensen recalca que la base está en alimentos integrales, hidratación constante y una selección cuidadosa de nutrientes; así se construye la energía necesaria para afrontar entrenamientos y partidos al máximo nivel.

Periodización de la nutrición y claves de la comida del futbolista
El menú de los jugadores varía en función de la carga de trabajo. Carstensen explicó que, durante los días de mayor exigencia física, los carbohidratos cobran protagonismo para abastecer a los músculos y almacenar glucógeno.
La comida previa al partido —generalmente tres o cuatro horas antes del inicio— suele incluir arroz, pasta, arroz con leche, tostadas con miel o mermelada, y jugo de remolacha, todos alimentos de rápida asimilación energética.
En los días de menor carga, la alimentación toma un rumbo distinto: se equilibra con mayor cantidad de vegetales y proteínas magras, apostando por una dieta variada y con muchos colores. El fútbol evoluciona hacia un ritmo más intenso y la nutrición debe responder con la misma flexibilidad, asevera Carstensen.
La personalización marca la diferencia: “Lo fundamental es que cada jugador encuentre lo que realmente le sienta bien y pueda digerir sin molestias”, afirmó Carstensen en el video oficial del club. Si un futbolista rechaza cierto alimento o tiene una intolerancia, se buscan alternativas con igual valor nutricional.

El arcoíris en el plato y la fortaleza del sistema inmune
Uno de los conceptos favoritos de Carstensen es “comer el arcoíris”. Para el especialista, cada color en frutas y verduras esconde compuestos que refuerzan el sistema inmunológico, benefician la salud intestinal, contribuyen a la recuperación muscular y ayudan a controlar la inflamación. Su regla diaria es sencilla: “Cuantos más colores haya en tu plato, mejor te sentirás y rendirás”.
Integrar yogures, frutas frescas y cereales aporta, en un solo plato, vitaminas, probióticos y una defensa superior contra el desgaste físico. La alimentación deja de ser solo combustible para transformarse en un aliado de la salud integral, recalca Carstensen.
Ritual, rutina y foco mental antes del partido
Antes de cada compromiso, los jugadores siguen una rutina casi invariable. Carstensen revela que repetir menús familiares disminuye el estrés, aporta sensación de control y ayuda a entrar en modo competencia, sin importar que el partido sea en casa, de visitante o en un torneo internacional. Para él, estas rutinas alimentarias forman parte de la preparación mental y emocional del deportista de élite.
La combinación de ritual, planificación y personalización transforma la alimentación en una herramienta psicológica: “Los hábitos brindan seguridad y permiten al jugador concentrarse solo en el juego”, resume el jefe de nutrición del Bayern en el video oficial del club.

Recuperación, descanso y la receta del batido post-partido
Tras el silbatazo final la prioridad es restaurar, rehidratar y gestionar la inflamación. El batido recuperador favorito de Carstensen combina frutos rojos, leche o yogur griego (fuente de proteínas), avena (carbohidratos), nueces (omega-3) y cerezas ácidas (efecto antiinflamatorio). “Licúa todo y tienes un batido de recuperación al nivel del Bayern”, destaca el especialista.
Las claves en este momento pasan por hidratarse, reponer nutrientes y garantizar un descanso de calidad, lo que facilita la reparación muscular y minimiza el impacto físico del esfuerzo.
Claves para deportistas amateurs y una nutrición flexible
Lejos de ser exclusiva de los profesionales, esta estrategia puede aplicarse en cualquier nivel. Antes de esfuerzos intensos, Carstensen recomienda consumir arroz, pasta o tostadas con miel, priorizando las fuentes rápidas de energía y baja fibra, con jugo de remolacha opcional.
Para el día a día, aconseja elegir alimentos integrales, sumar colores en cada comida y mantener una actitud flexible ante la dieta. Luego de la actividad física, enfatiza la importancia de rehidratar, consumir proteínas y carbohidratos, sumar frutos rojos y frutos secos, y apostar por alimentos antiinflamatorios.
Carstensen sostiene que la clave es escuchar al cuerpo, disfrutar de la variedad y jamás convertir la nutrición en una lista rígida de reglas. Su lema es claro: “La nutrición no es un libro de reglas, es una herramienta”. Así, la alimentación se convierte en pilar del alto rendimiento, el disfrute y la salud a largo plazo, tanto en el fútbol de élite como en la vida cotidiana.










