Solo el tiempo dirá si este regreso de Sebastián Boselli a River responde a necesidades deportivas o si es parte de la guerra de declaraciones que abrió Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes, contra el Millonario. Lo cierto es que el uruguayo ya no es jugador del Pincha y esta mañana se presentó para sumarse a las órdenes de Marcelo Gallardo.
Con las inminentes salidas de Leandro González Pírez y Federico Gattoni, los dos parte de una lista de prescindibles por el Muñeco, sobran argumentos para creer que el zaguero campeón del mundo con la Sub-20 de su país tendrá posibilidades durante este semestre. Sin embargo, tiene mucha competencia en un puesto que tiene a Paulo Díaz, Lucas Martínez Quarta y Germán Pezzella, además de Lautaro Rivero como segundo marcador central.
Y aunque resulte poco probable, dado que no es su posición y que varias veces sufrió pegado a la banda, Gallardo lo considera un bombero para cubrir el puesto de lateral derecho. Ante los intereses desde Brasil por Fabricio Bustos, si el ex-Independiente se va, quedaría Gonzalo Montiel como dueño del puesto, pero sin alternativas detrás.
Más allá de lo deportivo, River lleva varias polémicas en este mercado de pases, y siempre aparecieron dardos de Verón para la dirigencia comandada por Jorge Brito. Por eso, hay quienes especulan que la repesca de Boselli un día antes de la disputa de la Supercopa Internacional ante Vélez (iba a ser titular) es parte de este enfrentamiento.
Es que la ausencia del uruguayo es un obstáculo que Eduardo Domínguez no esperaba. El DT tenía decidido utilizarlo como primer marcador central en el duelo ante el Fortín de este martes en el Libertadores de América, pero ahora deberá buscar una alternativa.
«Los hipócritas son aquellos que aplican a otros las normas que se niegan a aceptar para sí mismos», había sido el último tiro por elevación de la Bruja hacia la dirigencia de River, en referencia a las negociaciones con el City Group para sumar a Maher Carrizo, de Vélez. Esto, después de las críticas que el exjugador había recibido al introducir al inversor Foster Gillett, con quien estuvo cerca de «soplarle» a Sebastián Driussi.
El anterior cruce que Verón había tenido con el Millonario había sido, otra vez, a través de un posteo en Instagram. Cuando se confirmó que River iba a ejecutar la cláusula de rescisión de Maximiliano Salas, el presidente del conjunto platense posteó: «Al final, los reyes de los buenos modales y los que dan clases de moralismo la hacen peor: se hacen los ofendidos y te la ponen jajaja. Viva la ‘otra cultura'».
Fuente: TyC Sports