Salarios nunca vistos, partidos en el Camp Nou y la incógnita de los argentinos: la nueva liga que promete revolucionar al rugby

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La irrupción de una nueva liga podría cambiar el rugby

El mundo del rugby se encuentra en tiempos financieros difíciles. En los últimos años, se han producido cierres de clubes históricos en Inglaterra, como Wasps y London Irish, y la unión de Gales ha enfrentado litigios con sus propios jugadores por cuestiones salariales. Este clima de incertidumbre ha abierto la puerta a propuestas disruptivas que podrían cambiar el panorama del deporte.

En este contexto, trascendió la chance de la creación de Rugby 360, una liga internacional que busca revolucionar la disciplina con una estructura inédita y una inversión sin precedentes.

El certamen, impulsado por el ex capitán inglés Mike Tindall junto a un grupo de empresarios, planea reunir a estrellas de los All Blacks, Springboks, Wallabies y Los Pumas en una competencia global que se disputaría en estadios emblemáticos como el del Tottenham en Londres, el Camp Nou de Barcelona, el Morumbí de San Pablo y escenarios de Nueva York, entre otras grandes ciudades.

Rugby 360 quiere revolucionar el rugby (REUTERS/Siphiwe Sibeko)

En ese sentido, la posibilidad de que jugadores argentinos formen parte de la liga Rugby 360 ha comenzado a tomar fuerza, según información publicada por The Telegraph. La iniciativa, que cuenta con el respaldo de capitales privados provenientes de Arabia Saudita, Estados Unidos y Reino Unido, busca atraer a figuras de renombre internacional y los albicelestes están en la mira.

Rugby 360 planea iniciar su actividad en 2026 y se estructurará en dos fases anuales: la primera entre abril y junio, y la segunda de agosto a septiembre. Esta organización permitiría a los jugadores participar en otras competencias durante el resto del año, lo que representa un atractivo adicional para quienes buscan maximizar su exposición y sus ingresos en un mercado global cada vez más competitivo.

Uno de los aspectos más llamativos del proyecto es la magnitud de los salarios ofrecidos. Según The Telegraph, a figuras como el neozelandés Roger Tuivasa-Sheck se les ha propuesto el doble de su salario actual, lo que equivale a unos 550.000 dólares australianos. Esta política salarial, inédita en el rugby, tiene como objetivo captar a los mejores talentos del mundo y posicionar a Rugby 360 como una alternativa real a las ligas tradicionales, en un contexto donde muchos clubes atraviesan dificultades económicas.

Aunque los nombres de los jugadores argentinos que podrían sumarse a Rugby 360 no han sido revelados, la sola existencia de negociaciones refleja el interés de los organizadores en incorporar talento sudamericano. Para los jugadores nacionales, la posibilidad de acceder a cifras sin precedentes representa una oportunidad difícil de igualar, especialmente en un escenario donde la crisis económica afecta a numerosos clubes y limita las opciones de desarrollo profesional.

La irrupción de Rugby 360 se produce en un momento de transformación para el rugby internacional. La combinación de inversión privada, salarios elevados y una propuesta de calendario flexible desafía el modelo tradicional y podría modificar el equilibrio de fuerzas en el deporte. Según ESPN, la expectativa es que la “liga rebelde”, como la nombró el medio, no solo revolucione el mercado de fichajes, sino que también influya en la manera en que los clubes y las federaciones gestionan sus planteles y recursos.

La iniciativa, que se encuentra en fase de planificación avanzada, ha generado un intenso debate sobre el futuro del rugby profesional. Mientras algunos ven en Rugby 360 una oportunidad para revitalizar el deporte y ofrecer condiciones económicas más atractivas a los jugadores, otros advierten sobre el riesgo de fragmentación y la posible desestabilización de las ligas tradicionales. La magnitud de los salarios propuestos marca un antes y un después en la economía del rugby.

La temporada inaugural de Rugby 360, prevista para 2026, se perfila como un experimento de alto impacto, con la mirada puesta en la sostenibilidad financiera a partir de 2027. La participación de capitales de tres continentes y la elección de sedes en ciudades estratégicas refuerzan la apuesta por un rugby verdaderamente global, capaz de competir en atractivo y recursos con otras grandes ligas deportivas.