Se lesionó, rompió en llanto, permaneció en cancha para una última jugada y anotó el gol del título para su equipo

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La final del torneo Apertura de la Liga Colombiana quedó marcada por una jugada que difícilmente se repita en la historia del fútbol nacional. Independiente Santa Fe se consagró campeón tras derrotar 2-1 al Deportivo Independiente Medellín, en un partido que tuvo como protagonista a Hugo Rodallega, quien anotó el gol decisivo mientras luchaba contra el dolor y la emoción de una lesión.

Durante el partido disputado en el estadio Atanasio Girardot, Medellín abrió el marcador con un tanto del argentino Francisco Fydriszewski. Más tarde, Santiago Mosquera trazó el empate para Santa Fe. El reloj rozaba el minuto 80 y el duelo se encontraba igualado, cuando Rodallega, visiblemente afectado por una molestia muscular, pidió el cambio entre lágrimas. “Desde el calentamiento ya sentía algo en el abductor, le dije al doctor. La idea era no jugar. Pero al final dije, no me salgo, voy hasta el final, de aquí me salgo solo cuando yo diga”, explicó el delantero luego de finalizado el encuentro.

Pese al dolor y la frustración, el partido continuó unos segundos más antes de que el técnico de Santa Fe, Pablo Peirano, pudiera realizar el cambio. En ese breve lapso, Edwar López atacó por la banda derecha, ingresó al área enemiga y envió un pase al corazón de la zona de definición. Allí, Rodallega, cojeando, logró rematar con frialdad para vencer al arquero Washington Aguerre y establecer el 2-1 definitivo para los Cardenales.

Fue el desenlace perfecto para Santa Fe, que de este modo sumó la décima estrella a su palmarés. Para Rodallega, el gol significó además el título de máximo artillero del torneo, con 16 anotaciones en la campaña. Minutos después de marcar, el delantero bogotano de 39 años fue sustituido. Subió al podio a recibir los trofeos de campeón y de goleador, ambos celebrados con su familia y compañeros, y en medio de un ambiente de plena emotividad.

Rodallega celebró tras la obtención del título (AFP)

Con lágrimas, Rodallega no ocultó su gratitud. “Esto es un honor, es un orgullo, lo recibo con mucha humildad. Este premio la gente lo escoge, pero fuimos 40 guerreros que lo merecemos, yo siempre quiero ganar y Dios nos premia. Soy un tipo que siempre se esfuerza a diario”, expresó en entrevista para la transmisión oficial. En ese mismo momento, un compañero lo abrazó y le dedicó palabras de aliento: “Dios te bendiga”.

La dimensión de la hazaña se agigantó con la revelación de las condiciones físicas de Rodallega. “Ahora es momento de celebrar, ya vendrá el tiempo para recuperarme. Estoy seguro que me voy a hacer una cirugía en el tabique, el día del choque en el clásico contra Millonarios me fracturé, solo que no quisimos decir nada para poder jugar los dos partidos de la final. Son heridas de guerra. Ahora es tiempo de sacar todo a relucir”, manifestó el delantero, quien anticipó que deberá ser operado tanto de la lesión muscular como de la fractura nasal que sufrió semanas atrás.

La duda sobre la continuidad de Rodallega en el fútbol profesional quedó expuesta en la celebración. “Yo les había dicho, no sé si lo voy a cumplir, que quisiera dar un paso al costado para que los jóvenes tengan más oportunidad. Solo que la familia no me ha dejado, mi hijo me dice que no me vaya, que siga luchando. Les dije que si éramos campeones era el momento de retirarme, que viene la Copa Libertadores, que no sé qué. Vamos a ver, por ahora vamos a celebrar”, relató Rodallega, rodeado por sus hijos y el resto de su familia.

Desde su debut en el Sudamericano Sub 20 de 2005, Rodallega ha construido una carrera extensa que incluyó pasos por Quindío, Deportivo Cali, varios equipos mexicanos, el fútbol inglés, Turquía y Brasil, antes de incorporarse a Santa Fe en 2023. Con la camiseta de los cardenales ya suma 117 partidos oficiales y 49 goles, superando incluso los registros de sus años en el Wigan inglés.