Después del agua, el silencio. En marzo, un temporal devastador golpeó a Bahía Blanca y dejó una huella profunda en Ingeniero White, donde la Orquesta Escuela —un proyecto comunitario que desde 2008 brinda educación musical estatal y gratuita a más de cien niños, niñas y jóvenes— perdió todo: instrumentos, partituras, equipos. Lo que había llevado años construir, desapareció en apenas unas horas.
“Perder los instrumentos fue como perder una parte de nuestra historia”, dice Alejandra Hall, su coordinadora. “Eran las voces de quienes encuentran en la música un lugar, una forma de expresarse”.
Pero hay silencios que no se resignan. El próximo martes 6 de mayo a las 20 horas, el Teatro Colón abrirá su Sala Principal para un concierto solidario que buscará reunir los fondos necesarios para que la Orquesta Escuela pueda volver a funcionar. El evento contará con la participación de la Orquesta Académica del Colón, bajo la dirección de Juan Miceli, e incluirá al violinista Xavier Inchausti —concertino de la Filarmónica de Buenos Aires— y al humorista y músico Agustín “Rada” Aristarán, ambos oriundos y orgullosos hijos de Bahía Blanca.
“Todavía me acuerdo de los estuches llenos de agua, las maderas hinchadas, las cuerdas oxidadas”, recuerda Hall. “Había instrumentos que estaban con nosotros desde el día uno, desde que fundamos la orquesta. No eran sólo herramientas: eran parte nuestra”.

La iniciativa cuenta con el impulso del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el apoyo del Grupo DESA. Se podrá seguir por streaming y todo lo recaudado se destinará a la reposición de instrumentos.
“No sabíamos cómo seguir. ¿Cómo se enseña música sin instrumentos?”, plantea Hall. “Pero la solidaridad empezó a llegar. Gente que se conmovió, medios que hicieron circular lo que nos pasaba”.

La Orquesta Escuela no es solo un espacio de formación musical: es también una red de contención, un refugio, una segunda casa para muchas infancias atravesadas por la desigualdad. “Hay chicos que lo dicen tocando. Chicos silenciosos que, cuando tocan, dicen todo”, resume Hall. “Donde hubo barro, queremos volver a poner música”.
El 6 de mayo, el Colón no será solo un escenario: será también un puente. Entre el pasado y el futuro. Entre el dolor y la reparación. Las entradas están disponibles en la web del Teatro Colón. Lo recaudado será destinado íntegramente a la compra de instrumentos para la orquesta bahiense. Porque si algo enseñó esta historia, es que la música también puede ser una forma de resistencia.
Fuente: Infobae