Por más que lo odien o lo idolatren, Bono siempre da que hablar. Aunque para algunos el vocalista de U2 pueda ser una especie de apóstol rockero, para otros simplemente resulta insoportable. Lo cierto es que, más allá de las opiniones, es imposible negar el impacto que generó junto a su banda, incluso en áreas que exceden lo estrictamente musical: por ejemplo, el cine.
La realidad es que la conexión de la banda irlandesa con el séptimo arte viene de larga data. Compusieron “Ordinary Love” para la biopic de Nelson Mandela; se llevaron un Globo de Oro y escribieron la canción de James Bond, “GoldenEye”, que terminó interpretando Tina Turner. Incluso Bono se animó a la actuación prestando su voz en Sing 2.
Cuando se trata de las películas que marcaron a Bono, hay una que se lleva todos los laureles: Wings of Desire del alemán Wim Wenders. En diálogo con Collider dijo: “Realmente me cambió la vida. Me hizo entender que esas cosas que a veces quisiéramos evitar –el dolor, la pérdida, la tristeza– son partes esenciales del amor y de estar vivo”.
¿De qué se trata la película?
Wings of Desire (1987) cuenta la historia de Damiel, un ángel invisible que observa a los humanos desde una Berlín dividida. Sin embargo, un día se enamora de una trapecista y decide renunciar a su inmortalidad para sentir y amar.
La película de Wenders se alimenta de la historia alemana y de la escena artística berlinesa de los 80. Además, como dato de color, Nick Cave y su banda aparecen tocando en vivo.
En cuanto a crítica, la película recibió elogios. Screen Anarchy la definió como “una verdadera experiencia”, mientras que Empire la describió como “una obra cinematográfica bella, literaria y culta”. Para Entertainment Weekly, es una “carta de amor al Berlín de la Guerra Fría”.
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