Un robot submarino británico, llamado Boaty McBoatface, recuperó una cámara que se había perdido en el fondo del lago Ness en 1970. El encargado de lanzarlas al agua había sido Roy P. Mackal, que era bioquímico de la Universidad de Chicago.
El investigador había tomado la decisión para capturar fotos del Monstruo del lago Ness. Por esa razón, dejó seis cámaras selladas y atadas a una línea con cebo con la ilusión de que la criatura activara el flash del dispositivo.
Cincuenta y cinco años después, Adrian Shine, investigador del lago Ness y autor del tratado A Natural History of Sea Serpents, fue el responsable de identificar el artefacto de Mackal que estaba a más de 180 metros de profundidad.
De acuerdo con Shine, tres de las seis cámaras se habían perdido durante una tormenta. El mecanismo que tenían las cámaras para poder sacarle una foto al famoso monstruo del lago era bastante ingenioso, ya que si se accionaba la línea de cebo, podía disparar cuatro fotografías.
Aunque la cámara pasó más de 50 años en las profundidades del lago, las fotos revelaron que no había podido capturar más que algunas imágenes del fondo del cuerpo de agua. Sin embargo, demostró la pasión que tenía Mackal por encontrar a la criatura.
En 1985, el bioquímico afirmó haber visto al monstruo. “El agua junto a mi bote comenzó a hervir y una criatura emergió. Su espalda era negra y lisa, con algo que parecía una aleta… luego desapareció en un gran chapoteo”, sostuvo en ese momento.
El dispositivo encontrado fue entregado al Loch Ness Centre en Drumnadrochit, a metros del lugar del descubrimiento.
Fuente: TN
