Sleep divorce: para tener un mejor sexo

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    Cuando Natalie y Shane Plummer se mudaron a habitaciones separadas hace 12 años, en realidad solo querían dormir más.

    La pareja, que lleva 24 años casada y reside en Meridian, Idaho, esperaba que la Sra. Plummer se aliviara de los ronquidos de su esposo. (Y así fue). También pensaron que el Sr. Plummer, de 47 años, podría disfrutar de su propio espacio. (Y así fue).

    No previeron cuánto mejoraría el cambio de su vida sexual.

    “Nuestra frecuencia ha aumentado sin duda”, dice la Sra. Plummer, de 47 años, “y la calidad de nuestro sexo ha mejorado muchísimo. Cuando estamos juntos en la cama, hay un propósito: hablamos, nos abrazamos o tenemos sexo”.

    La decisión de dormir separados, a veces llamada “divorcio del sueño”, es un tabú y bastante común. En una encuesta de la Academia Americana de Medicina del Sueño de 2023 , más de un tercio de los encuestados afirmó dormir, ya sea de forma regular o ocasional, en otra habitación que su pareja.

    Aunque esto a veces se interpreta como una señal de desacuerdo en la pareja, muchas personas que se ‘divorciaron del sueño’ y terapeutas sexuales afirman que, de hecho, puede ayudar a reavivar la llama.

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    “Soy una gran defensora de esta práctica”, sostiene Cyndi Darnell, terapeuta sexual y de relaciones en la ciudad de Nueva York y autora de Sexo cuando no tienes ganas: la verdad sobre la libido despareja y el redescubrimiento del deseo.

    En su experiencia, las parejas a menudo comparten la cama porque creen que deberían hacerlo, pero acostarse al lado de alguien no necesariamente fomenta la intimidad, en particular si hacerlo deja a ambos miembros de la pareja demasiado cansados ​​para funcionar y sentirse sexys.

    La decisión de algunos casados de dormir separados, a veces llamada “divorcio del sueño”, es un tabú y bastante común

    “Para algunas personas, dormir juntos les brinda una sensación de conexión y seguridad”, enfatiza Darnell. Pero cuando los ronquidos de la pareja o el tiempo que se pasa frente a la pantalla a altas horas de la noche les impiden dormir bien, continúa, se puede empezar a asociar la cama o el dormitorio con tensión.

    Redescubriendo el deseo

    Al igual que los Plummer, Rea Frey, de 43 años, y su esposo Alex Holguin, de 44, habían estado juntos durante más de una década cuando decidieron comenzar a dormir separados.

    Inmersos en la crianza, habían caído en una “rutina sexual”, relata Frey, y estaban decididos a encontrar una salida. La pareja, emprendedora del bienestar en Nashville, exploró el celibato durante varios meses para aliviar la presión de tener relaciones sexuales.

    La Sra. Frey también sugirió que intentaran dormir en habitaciones diferentes. Pensó que esto les daría la oportunidad de disfrutar de un momento de soledad reparadora al final del día y dormir profundamente y en paz.

    La separación nocturna dio a su vida sexual un impulso muy necesario.

    “¡En cuanto separamos nuestras habitaciones, todo empezó a ser divertido!”, destaca Frey. “Era como: ‘¿Querés venir a mi habitación esta noche?’ o ‘¿Puedo ir a la tuya?’”.

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    Ahora, pasan la mayoría de las tardes relajándose con su hija antes de retirarse a sus habitaciones a leer y relajarse. Algunas noches, primero se acurrucan. Otras noches, tienen sexo. Con más frecuencia, tienen sexo en otros momentos, como por la mañana o el fin de semana, cuando su hija visita a sus abuelos.

    A diferencia de cuando compartían la cama, “no hay ninguna presión en torno a eso”, reconoce Holguin.

    “Dormir separados puede recuperar un poco de emoción y deseo”, informa Kate Balestrieri, psicóloga y terapeuta sexual y autora de ¿Qué pasó con mi vida sexual?. Cuando las parejas ya no duermen en la misma cama noche tras noche, es menos probable que se den por sentado el uno al otro, destaca.

    Para algunas parejas la separación nocturna dio a su vida sexual un impulso necesario

    También requiere que las parejas sean más conscientes de sus relaciones sexuales, en lugar de simplemente acostarse y cruzar los dedos. “Tienen que reflexionar sobre ello, priorizar el sexo y hablar más entre sí sobre cuándo y cómo van a tener relaciones sexuales”, destaca Balestrieri.

    Pero la conexión entre los divorcios del sueño y un mejor sexo puede ser más simple que todo eso: el agotamiento no es un afrodisíaco, insiste Shelby Harris, psicóloga del sueño en la ciudad de Nueva York y autora de The Women’s Guide to Overcoming Insomnia.

    Cuando uno de los miembros de la pareja mantiene al otro despierto constantemente, “se genera resentimiento, explica. “Eso realmente destruye la intimidad”.

    Cómo dormir separados y permanecer conectados

    Harris recomienda que cualquier persona que tenga problemas de ronquidos o inquietud se realice una evaluación del sueño para buscar cualquier problema subyacente que pueda tratarse.

    También existen maneras creativas de “modificar” el dormitorio, según los expertos. Tapones para los oídos, ruido blanco o colchones y mantas separados pueden ayudar, según la Dra. Phyllis Zee, especialista en medicina del sueño de Northwestern Medicine. Estas opciones pueden ser especialmente útiles para las parejas que no pueden dormir en habitaciones separadas.

    Para las parejas que estén considerando dormir separados, Harris hace énfasis en la importancia de hacer un plan sobre cómo se priorizará la intimidad.

    El Sr. y la Sra. Plummer, una pareja de Idaho, dicen que siempre se les ha dado bien hablar de casi todo, incluso de sexo. Eso se volvió aún más importante cuando empezaron a dormir separados.

    “Si se está pensando en abordar el tema con la pareja, conviene hacerlo cuando ambos estén tranquilos y concentrados, en lugar de arremeter después de una mala noche de sueño», sugiere Harris.

    La Dra. Darnell aconseja preguntarle a la pareja cuándo se siente más amoroso: “¿Un miércoles por la noche después de un largo día de trabajo? ¿O te sentís más sexy un sábado por la tarde?”.

    Los Plummer saben que dormir separados tiene sus detractores. Tienen un podcast, y uno de sus episodios más populares (y polémicos) trató el tema. Y admiten que al principio de su relación, cuando todo era nuevo y ninguno roncaba, se habrían burlado de la idea.

    Pero no se imaginan volver a dormir en la misma cama. Francamente, no están seguros de que su vida sexual se pudiera recuperar.

    Cada vez que la pareja pasa tiempo junta en la cama hoy en día, dice la Sra. Plummer, “se siente más como mi novio que como mi compañero de cuarto”.

    Cuando las parejas ya no duermen en la misma cama noche tras noche, es menos probable que se den por sentado el uno al otro

    Por Catherine Pearson.

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