Córdoba: confirmaron que el cadáver oculto en un ropero es de una mujer

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El cuerpo fue encontrado en pleno centro de la ciudad de Córdoba

La investigación por el macabro hallazgo de un cuerpo en avanzado estado de descomposición dentro de un ropero sellado con cemento, en un departamento de la ciudad de Córdoba, avanza y la Justicia obtuvo un dato clave: a 10 días del descubrimiento, revelaron que el cadáver es de una mujer.

El departamento en el que se realizó el hallazgo —el 3°B del edificio— era alquilado por Horacio Antonio Grasso, un ex agente de la Policía de Córdoba con antecedentes penales: en 2007 fue condenado por el homicidio de un niño de seis años, Facundo Novillo Cancinos, en Salta.

Los primeros estudios forenses indicaron que el cuerpo presentaba un nivel avanzado de descomposición, lo que impedía identificar con certeza el sexo o la edad de la persona fallecida. Pese a eso, los investigadores manejaron siempre la hipótesis de que se trataría de una mujer.

La presunción se debió a un análisis inicial de la mandíbula, la morfología del esqueleto y por cabellos hallados, además de algunas ropas encontradas. El cadáver no contaba con prendas íntimas.

Ahora, según publicó el medio Cadena 3, se confirmó no sólo la sospecha de era mujer, sino que se trata de una persona que rondaría los 30 años de edad.

No se encontraron documentos, objetos personales ni señales visibles que permitieran identificar rápidamente a la víctima. Presumen que el cuerpo estuvo al menos dos años oculto en ese placard. Ese dato todavía se desconoce.

En el momento del hallazgo, Grasso no se encontraba en el departamento: había sido trasladado días antes al penal de Bouwer por incumplir las condiciones de su prisión domiciliaria, que cumplía con tobillera electrónica. Hasta el momento no fue imputado en esta nueva causa, aunque su situación procesal está bajo análisis.

La fiscalía a cargo de la investigación —Fiscalía de Instrucción de Distrito N° 1, subrogada por Florencia Espósito— indagará si Grasso conocía la existencia del cuerpo en su domicilio o si participó, directa o indirectamente, en su ocultamiento.

El hallazgo fue hecho por dos personas que trabajaban en la refacción del edificio ubicado sobre calle Buenos Aires al 300, en pleno centro de Córdoba capital.

La estructura se hallaba en una habitación oculta detrás de una puerta tapiada con listones de madera. Al derribarla, los obreros detectaron un olor nauseabundo que los llevó a revisar el mueble. Al abrirlo, encontraron el cuerpo envuelto en mantas, atado con cables y en posición sentada.

Un dato relevante para los investigadores es que los trabajos de remodelación del departamento habían sido encargados por Jorge Grasso, hermano del ex policía. Fue el encargado de la obra, quien informó a la policía que había sido contratado por él para llevar a cabo reformas en la vivienda.

Jorge Grasso también acumula un pasado conflictivo y judicializado. Durante su residencia en un edificio de calle Colón, protagonizó múltiples episodios de violencia vecinal y fue denunciado en reiteradas oportunidades por causar daños e inundaciones en otras unidades.

A raíz de estos hechos, varios habitantes del edificio instalaron cámaras de seguridad para registrar sus movimientos y protegerse. “Tuvo numerosas caídas a Tribunales II”, señalaron fuentes judiciales a La Voz, quienes agregaron que debió recurrir a distintos abogados en distintas causas.

Jorge Grasso también vivió en Paraguay. Allí, a fines de 2024, fue detenido en Ciudad del Este acusado de haber participado en un robo millonario a un shopping. A raíz de ese episodio, fue extraditado a la Argentina, aunque no se precisó si quedó imputado formalmente en esa causa ni cuál fue su situación procesal posterior.

Jorge aparece ahora vinculado de manera indirecta al caso del cuerpo hallado dentro de un ropero tapiado con cemento en un departamento céntrico de Córdoba, que era alquilado por su hermano Horacio.

A su vez, la fiscalía trabaja en el relevamiento de denuncias por desapariciones en los últimos años en Córdoba y otras jurisdicciones. Por el momento, nadie reclamó el cadáver.