El pasado viernes por la noche, en Palermo, uno de los barrios más transitados de la Ciudad de Buenos Aires, un hombre ingresó a un edificio sin forzar la entrada. Una vez dentro, se tomó el tiempo para recorrer piso por piso. No tenía apuro. Buscaba un departamento vacío. Y lo encontró.
El blanco fue una vivienda ubicada en el cuarto piso de un edificio sobre calle Mansilla al 3700. El ladrón no tuvo que forzar la puerta principal del edificio: entró aprovechando una distracción y comenzó a caminar por los pasillos, acercándose a las puertas para escuchar si había gente adentro. Según consta en el parte policial, el acceso al edificio “no posee signos de violencia”. Pero la puerta del departamento atacado sí fue violentada. El método elegido: barreta. La víctima se había ido el viernes a la noche. Cuando volvió el sábado, poco antes del mediodía, encontró todo dado vuelta.
“Revolvió todo, no dejó nada”, afirmó Lucía, la dueña del departamento, en diálogo con el canal de noticias TN. En su declaración, también relató que el delincuente se llevó dos notebooks, dinero en efectivo, alhajas de oro y los ahorros destinados al viaje de egresados de su hija. “Rompió toda la puerta de entrada y varias cosas más. No entiendo si fue por bronca o por otra razón”, expresó. Fue su hija quien entró primero a la vivienda y descubrió el estado en que había quedado.
Todo el robo quedó registrado en una cámara de seguridad colocada de manera privada por una vecina del séptimo piso. La instalación había sido una decisión personal, luego de atravesar una situación similar en el mismo edificio. Gracias a esa cámara, se pudo observar cómo el ladrón recorría el pasillo, se acercaba a las puertas para verificar si había movimiento dentro de los departamentos y se desplazaba en silencio.
“La Policía no pudo obtener huellas porque usó guantes”, detalló la víctima. También aseguró que el hombre “parecía muy profesional” y que incluso llevaba algo en las zapatillas para amortiguar el sonido de sus pasos. En el video captado por la cámara se ve su rostro con claridad mientras avanza en busca de un blanco.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder la Agencia Noticia Argentinas, personal de la Comisaría Vecinal 14A de la Policía de la Ciudad acudió al lugar tras la denuncia y confirmó que el ingreso al edificio no había sido forzado. El magistrado interventor ordenó peritajes en busca de rastros y dispuso que la causa quedara caratulada como robo en ausencia de moradores.
“El departamento estaba irreconocible. No dejó nada de valor”, reiteró Lucía, que aún no logra comprender cómo ocurrió todo sin que nadie en el edificio se percatara. Tras el hecho, reconoció que el miedo se volvió parte de su rutina. “La verdad es que ahora tengo miedo porque todo se volvió muy inseguro”, dijo.
La investigación continúa y las autoridades analizan las imágenes registradas por la cámara del séptimo piso. En ellas se observa al sospechoso con nitidez, lo que podría facilitar su identificación. Sin embargo, hasta el momento, no se informó si hubo avances en su localización.
El hecho generó preocupación entre los vecinos del edificio, muchos de los cuales no tenían conocimiento de que alguien podía recorrer los pisos sin ser detectado. La cámara que captó al ladrón fue colocada por decisión individual de una de las residentes y no forma parte del sistema de seguridad del edificio.
Con el rostro del delincuente captado en video y la denuncia en curso, la Policía trabaja en el análisis de las imágenes y en la búsqueda del autor del robo. Mientras tanto, la víctima intenta reorganizarse tras lo ocurrido. “Parecía que sabía lo que hacía”, concluyó.