La salvaje muerte de Valentino, un niño de dos años, que fue atacado el día domingo por perros pitbull y apareció con varias mordidas en el torso y la cabeza, sacudió a la localidad Arturo Segui, a 30 kilómetros de la ciudad de La Plata.
Luego de que su madre denunciara su desaparición a la Policía Bonaerense, los peritajes iniciales constataron que el nene fue arrastrado al menos 50 metros por los animales. Y estos canes serían propiedad de un matrimonio de quinteros de la comunidad boliviana, trabajadores del campo, amigos y colegas de labranzas de la familia que resultó víctima.
Ellos son Paulina García Mansilla y Pedro Martínez, dueños de los tres pitbulls apuntados, quienes hablaron en Cortá por Lozano (Telefé) y participaron de la búsqueda del menor apenas se enteraron de su desaparición. “A las 17:30 no estaba acá porque cierro a las 19, voy a comprar pizza para mis hijos, vuelvo y me llama mi amiga Rosa y me cuenta lo de Valentino. Salí rápido para ir a buscarlo”, dijo el hombre ante las cámaras, claramente consternado.
Por su parte, la mujer agregó que, hasta el momento, las autoridades a cargo de la investigación “no se llevaron a ningún perro” para analizarlo, ya que se aguardan los resultados de la autopsia del menor de quien se le ordenó extracción de ADN para ver si tiene fluidos correspondientes o pelos y demás correspondientes a estos perros (de los cuales también se recolectaron muestras de sangre) ya que hay que comprobar con certeza si esos fueron los animales que mataron a Valentino.
Consultados sobre el motivo por el cual los perros se encontraban sueltos esa tarde, Pedro explicó que los deja libres como mecanismo de defensa para proteger sus invernáculos de otros animales. “Tengo invernáculos y para que otros perros no se los rompan dejo a los míos sueltos. Después de las 19 de la tarde encierro a los perros”, detalló.
Paulina agregó que, tras el hallazgo, revisaron a sus mascotas y no detectaron rastros de sangre en la boca ni en el cuerpo, lo que, a su entender, pone en duda la culpabilidad de los animales.
Además, los interrogantes que plantean los investigadores es que en la zona cercana donde vive el matrimonio -al descampado en donde se halló el cadáver del niño- no hay rastros de sangre en los animales, ni ropa ensangrentada cercana para corroborar que estos canes arrastraron al menor.
Cómo ocurrió la tragedia
El último domingo por la tarde, Valentino estaba bajo el cuidado de su abuela, y hermanos de 12 y 14 años en la vivienda familiar. Y, durante un descuido, el menor salió a caminar junto a un perro que siempre lo seguía, de raza rottweiller, y allí se desencadenó la tragedia.
Una vecina de la zona relataba que los animales andan sueltos, son salvajes y que tampoco hay un cuidado hacia los niños. “Nunca pasaron estas cosas, los perros si sabían salir pero a mí nunca me dijeron ‘salió tu perro, que me quiere morder’“, dijo Paulina, a lo que su marido contestó entristecido: ”Eran buenos, pero ahora no sé“.
El hombre reconoce que el padre de sus pitbull si era violento y ya había matado a otros perros, no así los cachorros apuntados en la tragedia. “Son pichoncitos, tienen 2 años», como tampoco tiene idea de cómo hizo el niño para llegar hasta su vivienda.
La búsqueda de Valentino se extendió durante dos horas hasta que su cuerpo fue hallado sin vida entre plantaciones de berenjenas, a unos 500 metros de la casa.
La noticia sacudió a Arturo Seguí y puso en el centro de la escena a los tres pitbulls que vivían en un terreno cercano. La Policía Científica de La Plata y la Justicia trabajan en peritajes y análisis genéticos para determinar las circunstancias exactas del ataque.
Por su parte, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta de la UFI N°16 de La Plata y el Juzgado de Garantías N°6 a cargo de Agustín Crespo, aguardan los resultados de las pruebas, mientras la causa permanece caratulada como “averiguación de causales de muerte”, sin descartar un cambio de calificación.