Margarita Flores, dueña de una florería ubicada sobre la transitada avenida San Martín en el centro de la ciudad de Mendoza, habló públicamente tras la denuncia que forzó la remoción de Juan, el pato que se había convertido en un ícono callejero para vecinos y turistas.
En diálogo con C5N, la mujer relató cómo se enteró de la orden municipal que apunaba contra el animal habría tenido comportamientos agresivos hacia mascotas que circulaban por la zona. Además, se refirió al impacto que tuvo en su vida diaria y la campaña espontánea de apoyo que surgió tras la salida del animal.
“Dice la municipalidad que hicieron una denuncia anónima. Nos dijeron que teníamos que retirar a Juan y lo hicimos en las 48 horas que nos dieron”, declaró Margarita al canal de noticias.
Según su testimonio, no hubo advertencias previas ni reclamos formales que anticiparan la medida. Lo cierto es que la resolución sorprendió tanto a ella como a quienes frecuentaban la zona y se habían encariñado con el ave.
La historia de Juan trascendió los límites de una anécdota urbana y tomó ribetes inesperados. El pato, que acompañaba a su dueña durante sus largas jornadas laborales como florista y serena del local, había pasado a formar parte del paisaje cotidiano del microcentro mendocino.
De acuerdo a las imágenes que se viralizaron en los últimos días, se lo veía recorriendo la vereda, interactuando con transeúntes y turistas. Sin embargo, un episodio registrado en la red social TikTok pareció desencadenar todo.
“Juan estaba picando a un perrito y salió en TikTok. Fue lo único que vi, yo ni siquiera estaba, estaban las niñas que fueron y lo sacaron. Después vino la madre del chico del perro y me dijo ‘Margarita, el perro de TikTok es el mío, pero mi hijo lo tomó con mucha gracia’”, contó. A pesar de la viralización del video, Margarita aseguró que jamás recibió un reproche directo por parte de la supuesta denunciante ni de otros vecinos.
El conflicto formal surgió a partir de una presentación ante la Municipalidad de Mendoza, la cual fue seguida por una resolución que ordenaba la remoción del animal del espacio público.
Según declaraciones de Silvina López, secretaria de Ambiente del municipio, recogidas por Diario UNO, la decisión buscó asegurar el “uso adecuado del espacio público”, preservar la seguridad de los vecinos y fomentar la “tenencia responsable de mascotas”.
La medida no tardó en generar una oleada de reacciones. En pocos días, comenzaron a circular cuadernos entre vecinos que buscaban juntar firmas para pedir el regreso de Juan.
“La gente empezó a preguntar por qué no trajiste a Juan, y dónde está Juan. Y me decían tenemos que juntar firmas, que Juan tiene que volver. Trajeron cuadernos y están firmando por Juan. Agradezco a las personas que me están ayudando”, dijo Margarita en C5N, visiblemente emocionada.
Hoy, Juan se encuentra en Maipú, dentro de un pequeño corral de 3×4 metros construido por el esposo de Margarita. Allí permanece encerrado, con una red alta que lo protege de los perros de la zona.
“Está solo, pero no como él estaba acostumbrado: libre, suelto”, explicó su dueña. En su relato, la mujer describió que el pato no se adapta al confinamiento. También expresó que solía caminar con él, junto a sus perros, y que terminaba descansando a sus pies antes de dormir.
Al caso se sumó el abogado penalista Oscar Alfredo Mellado, conocido por su trabajo en defensa de los derechos animales. Mellado se acercó espontáneamente tras conocer la historia.
“El doctor se acercó, me preguntó qué pasó con Juan, yo soy tal persona. Me dijo ‘vamos a hacer la nota, te ayudo’. Está haciendo las cosas de corazón por mí, por Juan”, narró Margarita en C5N.
El letrado explicó a Infobae que se presentó un recurso de revocatoria ante la municipalidad con el objetivo de revertir la medida.
Este trámite, que debía ser presentado dentro de los diez días posteriores al retiro del pato, busca reabrir el debate y encontrar una salida consensuada que permita a Juan volver a su entorno habitual. La intención es llegar a un acuerdo entre todas las partes: la Municipalidad, Margarita y el animal.
Por el momento, la situación permanece en suspenso. La florería está sin su icónica presencia, mientras la comunidad sigue reuniendo firmas -ya van cerca de 8.000- y espera una respuesta oficial.