Imputaron por exceso en legítima defensa a un policía que mató a dos adolescentes que quisieron robarle la moto

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La fiscalía cambió la carátula de la causa a

A fines de febrero, un policía de la Bonaerense que se encontraba trabajando como delivery en su franco de servicio, mató a dos adolescentes que quisieron robarle la moto. La Fiscalía puso en duda la respuesta del efectivo policial luego de una indagatoria realizada esta semana y lo imputó por “exceso en la legítima defensa”.

Tras haber transcurrido casi seis meses del ataque que derivó en la muerte de un chico de 14 años y otro de 18 en Banfield, el fiscal de Lomas de Zamora, Jorge Grieco, calificó el hecho como “homicidio en exceso de la legítima defensa”, lo que derivó en un cambio de carátula.

En principio T. V. Z., un agente de la Policía de la provincia, había quedado eximido de cualquier responsabilidad penal al considerar que había actuado con el fin de defenderse de los dos delincuentes que lo abordaron en la esquina de Estrada y Godoy Cruz. Por su parte, la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires no había tomado acciones administrativas sobre el uniformado.

Las fuentes consultadas por Infobae al momento del crimen explicaron: “Se identificó como Policía y, con su arma, apuntó a los sospechosos que, lejos de acatar la orden, le siguieron apuntando. Ante esto, efectuó tres disparos”. Pero las autoridades indicaron a por Diario Conurbano, que el avance de la investigación a cargo de la UFI 8 permitió reunir pruebas que plantearon dudas sobre los límites del accionar del oficial al momento de repeler el intento de robo.

La réplica que encontraron en el lugar

El hecho ocurrió cuando T. V. Z., vestido de civil y trabajando para una aplicación, fue interceptado por dos jóvenes cuando se disponía a realizar una entrega. La investigación estableció que Samir Sebastián Carballo, de 14 años, y Federico Naim Jalil, de 18, actuaron a metros de sus domicilios luego de haber realizado un pedido por delivery, lo que derivó en el arribo del policía.

Al llegar al cruce señalado, ambos delincuentes amenazaron al oficial con lo que parecía ser un arma de fuego. Fuentes policiales precisaron que el joven, de 23 años, descendió de la moto para alejarse unos pasos. Fue entonces cuando el agente se identificó como tal, dio la voz de alto y efectuó disparos que terminaron con la vida de los chicos. Jalil murió en el lugar tras recibir un tiro en la cabeza. Carballo, por su parte, logró ser trasladado al hospital Gandulfo, aunque ingresó sin vida debido a una herida de bala en el tórax.

Durante los peritajes y el análisis de la escena del crimen, la Policía halló una réplica plástica de arma de fuego, de tipo Glock, utilizada por los adolescentes para perpetrar el asalto. Esta circunstancia reforzó la primera hipótesis de legítima defensa, aunque la Fiscalía posteriormente consideró que la respuesta del efectivo superó los límites permitidos por la normativa.

Los delincuentes quisieron robarle la moto con la que estaba trabajando el policía

Quisieron robarle a una oficial, pero se defendió y mató a uno de los delincuentes

Una oficial de la Policía de la Ciudad mató a un adolescente de 15 años que intentó asaltarla en la localidad de Moreno mientras se dirigía a tomar un colectivo para ir a trabajar. El hecho ocurrió cerca de las 19.30 del domingo 29 de junio, en la esquina de Lincoln y Copérnico. Al igual que el procedimiento llevado a cabo en Banfield tras el ataque, la Fiscalía investiga este hecho como un caso de legítima defensa.

La oficial, de 31 años y vestida de civil, fue interceptada por tres sospechosos que se desplazaban en una moto roja a baja velocidad. Dos de ellos bajaron, uno con un arma de puño y otro con una llave francesa, y la amenazaron para robarle. El tercer integrante del grupo permaneció a bordo de la motocicleta. De acuerdo con el testimonio de la víctima, ella se alejó unos metros y se identificó como policía dando la voz de alto. Ante la amenaza latente, extrajo su pistola Pietro Beretta calibre 9 milímetros y efectuó tres disparos. Uno de los disparos impactó en el rostro de uno de los asaltantes, identificado como Santiago Tomás Beltrán, quien murió en el lugar. Los otros dos escaparon.

El personal del Comando de Patrullas de Moreno llegó a la escena poco después y constató el fallecimiento de Beltrán, quien tenía antecedentes penales. Apenas dos meses antes había sido imputado en una causa por robo agravado en poblado y en banda, tras ser detenido junto a otros sospechosos por el robo de una motocicleta a una mujer. En ese expediente no se habían dictado medidas de restricción.

La oficial no resultó herida y, por el momento, no se tomó ninguna medida procesal en su contra, aunque sí se secuestró su arma como parte del protocolo. La causa quedó caratulada como “robo agravado en poblado y en banda en tentativa y homicidio”.