La vida de Berta Gardes, la madre de Carlos Gardel: el misterio sobre el padre del artista y el dolor por la muerte de su hijo

0
3

Berta Gardes, la mamá de Carlos Gardel. A los 27 emigró a Buenos Aires y comenzó una nueva vida

La anciana dejaba su encierro autoimpuesto por el dolor y el profundo desconsuelo por su hijo muerto, solo para ir al cementerio o al cine. Se reconfortaba viendo las películas de ese cantante galán y famoso, que había muerto trágicamente en un accidente de aviación el 24 de junio de 1935, y al que había parido como madre soltera, para escándalo de la época, 44 años atrás.

En las primeras salidas, soportó estoica un constante acoso de la gente que la veía entrar a la sala cinematográfica, y recurría a la ayuda de Adela Blasco, la esposa del apoderado de su hijo, que siempre la acompañaba. Pugnaban por besarla, abrazarla o tan siquiera tocarla. Es que Berta era la mamá de Carlos Gardel.

Mientras veía la película, se ilusionaba con pensar que su hijo estaba de gira, y cuando en su casa escuchaba la radio, subía el volumen cuando pasaban un tango cantado por él.

Gardel se transformó en un artista de proyección internacional. Cuando falleció estaba realizando una gira por centroamérica

Berta Gardes nació el 14 de junio de 1865 en Toulouse, una ciudad que también era conocida como “la ville Rose”. Su padre Jean Gardes y Hélene Cinegonde Camares eran dueños de una sombrerería en el barrio de calles medievales de Arnaud-Bernard y vivían en Canon D’Arcole 4.

La infancia de Berta Gardes

Cuando Berta era apenas una niña, sus padres se separaron, algo bastante inusual para la época, y la madre tiempo después se casó con Louis Carichou. Cuando Berta tenía 17 años, viajó con la familia a Venezuela a probar suerte, pero debieron regresar en 1882, previa escala en Nueva York.

Frente de la casa de Carlos Gardel, convertida en museo que evoca su trayectoria (Martín Rosenzveig)

Berta tenía un hermanastro llamado Charles, quien murió el 11 de octubre de 1918 en la batalla de El Marne, peleando para Regimiento 212 de Artillería.

El padre del Zorzal

Era aún una criatura cuando fue a vivir con sus tíos Luis Gardes y Lucía Gregoire, en el pueblo de Saint Geniez d’Olt, a unos 200 kilómetros de Toulouse. Tenían tres hijos: José, Pedro y Eduardo, menores que ella.

A los 25 años lo tuvo a Charles Romuald en el hospital Sain Joseph de la Grave, situado a orillas del río Toulouse. Además del escándalo que supuso ser madre soltera, siempre hubo controversias sobre quién había sido el padre.

Fotografía de la mamá de Gardel, expuesto en el museo (Martín Rosenzveig)

Por un lado, ella siempre aseguró que el padre de su hijo, Paul Gardes, había fallecido meses después del nacimiento.

Otra versión asegura que lo había tenido con Paul Lassere, para algunos un viajante de comercio, para otros un empresario, un imprentero o el hijo de la dueña de un taller de planchado.

Y una tercera historia vinculó a Berta con José, uno de sus primos. El era menor que ella y se habrían enamorado. El muchacho era seminarista y cuando en la familia se supo del embarazo, a Berta la echaron y movieron los hilos para que José fuera enviado a misionar a África.

Aspecto de la pista donde ocurrió el accidente en el que murió Gardel y otras 16 personas (Fundación Internacional Carlos Gardel)

En el interín, Berta con Carlos bebé viajaron a Buenos Aires. Cuando José regresó y renunció a la vida religiosa, la buscó y cuando supo que vivía en Argentina, quiso viajar, pero la tía se opuso terminantemente a esta unión. José se casaría en Argentina y formaría su familia.

La historia más difundida es que lo tuvo a Carlos, fruto de la relación con Lasserre, un hombre casado, y debió irse de la ciudad por la hostilidad familiar quien reprobaba su condición de madre soltera y por una sociedad que la miraba de reojo.

Tomó a su hijo y en Bordeaux abordaron el vapor portugués “Dom Pedro”. El 11 de marzo de 1893 estaban en Buenos Aires. En el puerto declaró tener 27 años, ser viuda, planchadora y católica.

Fueron a vivir a Uruguay 162 y se empleó de planchadora en el taller que su compatriota Anais Beaux tenía sobre la calle Montevideo 463, con quien serían grandes amigas.

La tumba de Gardel, donde también están los restos de su madre (Fundación Carlos Gardel)

El taller de planchado le insumía demasiadas horas de trabajo a Berta. El niño Carlos, hasta que pudo ir a la escuela, era cuidado por su amiga y vecina Rosa de Franchini, quien tenía varios hijos, y que Carlos la llamaba “Mamá Rosa”.

En 1901 inscribió a su hijo en el Pío IX, el colegio salesiano, en el curso de artesanos y, particularmente, en el taller de encuadernación. Culminaría sus estudios primarios en el colegio San Estanislao de la calle Tucumán 2646.

Ya había finalizado la primera guerra mundial, y Gardel ya era famoso. Según se relató, apareció por Buenos Aires su papá Lasserre y habló con Berta, con la idea de casarse y regularizar la situación. La mujer consultó a su hijo, quien le respondió que ya no lo necesitaba y que ella podía hacer lo que quisiese. El hombre murió en Francia en 1921.

Con el correr del tiempo, Gardel también visitó a los parientes de su mamá en Toulouse, y de ellos dijo que era gente muy buena y muy amable.

A partir de 1927 vivía en la casa de Jean Jaurés 735, que el hijo le había comprado para que estuviera más cómoda que en el departamento de Rincón 137, cerca del café de los Angelitos, donde Gardel se reunía con sus amigos. El hogar tenía ocho habitaciones en dos plantas, y Gardel la adquirió por treinta mil pesos. También vivían su gran amiga Anais y su pareja Fortunato Muñiz.

Esa vivienda, donde Berta todas las mañanas lo despertaba con un beso en la frente y con un mate. La casa estaba llena de retratos del cantante y de sus efectos personales.

El día que murió Gardel

Berta estaba en Francia visitando a sus parientes cuando se enteró del accidente en Medellín. La última vez que se vieron fue a comienzos de 1934 cuando su hijo viajó a Francia para iniciar una extensa gira. Fue a Toulouse a saludarla, donde ella había ido a visitar a su hermano.

Quiso regresar lo antes posible a Buenos Aires, a la que arribó el 17 de agosto de 1935. “Yo sé que volverá. Aunque me digan que es un sueño, yo solamente sé que volverá”, se la escucha en una grabación realizada al año de la muerte de su hijo. Quedaron truncos los proyectos de Gardel de comprarle una casa en Niza, ya que consideraba que tenía un clima ideal para ella.

Ir al cine o al cementerio eran salidas que la agotaban y decidió comprarse un auto, que quiso ponerlo a nombre de Armando Defino, el apoderado de su hijo, quien nunca la dejó sola. Cuando su amiga Anais falleció en 1939, ella fue a vivir con Defino y su esposa.

A fines de 1942 su salud desmejoró y a partir de abril quedó postrada en cama. Solo tenía a su alcance la radio para escuchar a su hijo, y a la vista un retrato grande suyo, al que le hablaba y le preguntaba cuándo la llevaría a su lado. Murió en la madrugada del 7 de julio de 1943.

Fue enterrada en el mausoleo donde, desde noviembre de 1937, descansaban los restos de Carlos Gardel, en el cementerio de la Chacarita, y donde nunca faltó una flor.