“Le puse un rosario para que la cuide Dios”: el macabro caso del hombre que convivió cuatro años con el cadáver de su madre

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El rosario hallado junto al cuerpo pulverizado de Marta Durand

Héctor Durand, un constructor jubilado de 72 años, no visitaba a su hermana Marta hace casi una década. La pandemia los había distanciado, la vida, o la distancia misma. Es explicable. No todas las familias son cercanas entre sí. Sin embargo, Héctor y Marta no tenían motivos para no verse.

El lunes último, el jubilado, vecino de la localidad de Martínez en San Isidro, se dirigió a la casa de la mujer cinco años mayor que él, ubicada en la esquina de las calles 74 y 20, en la zona de Altos de San Lorenzo en La Plata. Sabía que Marta, jubilada también, ex trabajadora de una empresa médica, vivía con su hijo, Norberto Corcuera, un hombre de 34 años sin un empleo en blanco en su historia o alta alguna en los registros de la ex AFIP.

Así. Héctor llegó a la casa de su hermana. Tocó el timbre. Norberto lo recibió. Preguntó por ella. Su sobrino respondió.

-Mamá murió hace cuatro años. Tuvo un infarto.

Norberto le dio pocos detalles más. Según su relato, Marta había muerto allí, en la casa, en medio de una cena durante la pandemia del coronavirus. Desde ya que la noticia fue un shock para Héctor. Preguntó por la tumba, para visitarla, llevarle un ramo de flores quizás.

-Sí, sí, está en el cementerio, respondió su sobrino.

Norberto mencionó el supuesto lugar de la sepultura. Durand se dirigió allí. Frustrado, descubrió que no había parcel o nicho alguno con los restos de Marta. Regresó a la casa de la calle 74 y confrontó a su sobrino. Insistió con preguntas, hasta que Norberto ya no pudo evitarlas.

Finalmente, Norberto reconoció:

-Está acá. Mamá está acá.

Entonces, Héctor Durand llamó a la policía.

Un patrullero de la Comisaría 8° llegó al lugar poco después. La zona fue acordonada, ante una posible escena del crimen. Norberto no opuso resistencia; la Bonaerense entró sin problemas a la casa.

-Está allá, en el dormitorio, indicó el hijo:

-Le puse un rosario para que la cuide Dios.

Efectivamente, el cuerpo de quien habría sido Marta estaba allí, sobre un colchón sin sábana. El rosario, de grandes cuentas, con una cruz de metal de gran tamaño, también.

Así, comenzó una investigación a cargo de la UFI N°7 con la fiscal Virginia Bravo. Norberto Corcuera no fue detenido, al menos por el momento. La investigación, calificada con el rótulo de averiguación de causales de muerte, debería incluir una autopsia. Sin embargo, dado el estado del cuerpo, un procedimiento en una morgue sería imposible.

“El cadáver está pulverizado”, asegura una fuente del caso. El rosario fue hallado en medio de una pila de fragmentos de huesos, retazos de tela, pelo, insectos muertos hace años. Investigadores del caso afirman que estos restos serán analizados por antropólogos forenses en busca de una respuesta.

Norberto Corcuera, aseguran los mismos investigadores, atravesará una pericia psiquiátrica.

La DDI de La Plata fue convocada por la fiscal Bravo. Sus detectives tomaron varios testimonios en el barrio. Los vecinos aseguraron que madre e hijo no tenían una relación conflictiva, que jamás se escucharon gritos o peleas, pero que, después de la pandemia, la mujer dejó de ser vista. Su hijo, sin embargo, siguió allí. La hipótesis, hasta ahora, es que Corcuera omitió reportar la muerte de su madre a las autoridades y la dejó allí, en una versión platense de Psicosis de Alfred Hitchcock, sin la escena de la ducha.