Cuando confesó todo, el enfermero admitió que, por “cuestiones económicas” había tomado “la decisión de retirar” una ampolla de fentanilo en cada guardia que hacía en el hospital en el que trabajaba. Cuando tuvo suficiente stock comenzó a venderlas a través de la plataforma de mensajería Telegram. En dos grupos de chats, llamados “Los más rico cdelu” –por Concepción del Uruguay– y “Entre Ríos”, ofrecía el producto con mensajes tales como «repartiendo ampollas de fentanilo, no te quedes sin la tuya».
Así se desprende de la reciente resolución de la jueza federal de Concepción del Uruguay, Analía Ramponi, que procesó con prisión preventiva a un enfermero de 33 años que hasta su detención, a mediados del mes pasado, hacía suplencias en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Justo José de Urquiza, de esa ciudad del este entrerriano, y a su hermano, un cabo 1° del Ejército Argentino, de 28. Uno robaba las ampollas de la farmacia del centro de salud y el otro las guardaba en su casa hasta el momento de la venta.
Según informó la Procuración General de la Nación en su portal de noticias judiciales www.fiscales.gob.ar, ambos fueron procesados como presuntos coautores del delito de comercio de estupefacientes en concurso ideal con el de tenencia ilegítima de estupefacientes con fines de comercialización, en concurso real con el delito de venta sin autorización de medicamentos que requieren receta para su comercialización.
Además, el enfermero -que sustraía las drogas del hospital público donde trabajaba- también fue procesado como autor de los delitos de peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
En su resolución, la magistrada sostuvo que el enfermero “era quien conseguía la sustancia ilícita del hospital local, promocionaba y ofrecía la misma a potenciales consumidores a través de la plataforma de mensajería Telegram” y que su hermano, quien cumplía sus funciones en el Batallón de Ingenieros Blindado 2 de Concepción del Uruguay, “era quien resguardaba la misma en su domicilio”.
La investigación comenzó el 21 de febrero pasado tras una llamada telefónica a la División Unidad Operativa Federal (DUOF) de la Policía Federal (PFA) de Concepción del Uruguay, hecha por una persona cuya identidad se mantuvo en reserva.
En esa comunicación se denunció que “un enfermero del Hospital Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay vendía por medio de Telegram ”distintas drogas sustraídas del centro médico donde trabajaba».
La investigación estuvo a cargo de la fiscal federal de Concepción del Uruguay, Josefina Minatta, con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por su colega Diego Iglesias.
Para avanzar en la búsqueda de pruebas y evidencias se logró “infiltrar” en los grupos de Telegram a un detective que actuó como “agente revelador” digital.
“En los grupos de Telegram, el sospechoso publicaba fotos de las ampollas del opioide y de otras drogas con el mensaje ‘Todo a la venta. Se vende por unidad o por mayor. Ampolla de fentanilo, comprimidos de risperidona, carbamazepina y lorazepam. Consulte precios’”, según se informó en www.fiscales.gob.ar.
El “agente revelador” digital, que decía llamarse Ricky, logró infiltrarse en los grupos de mensajería donde el enfermero ofrecía la “mercadería”.
Según los chats incorporados en el expediente, en un intercambio de mensajes, uno de los interesados preguntó: “¿Qué onda esa droga?”. El enfermero respondió: “Es pura, es el opioide más fuerte en el mercado. 100 veces más fuerte que la morfina y un 50 más que la heroína. Bien para estar de viaje y volver sin dolor ni nada, simplemente un buen viaje”.
Otro de los integrantes del grupo advirtió sobre el riesgo de consumir fentanilo: “Nadie consume eso sabiendo cómo están los [consumidores] de [los] Estados Unidos como zombies”. Entonces, el enfermero explicó: “Para estar en ese modo [zombie], ¿sabés cuántos mililitros tenés que consumir? Esta es pura de laboratorio, no está cortada. ¿Querés llegar a modo zombie? […] tenés que consumir fácil seis ampollas al día”.
Y, para dejar en claro que era un experto en la materia, explicó: “El fentanilo puro y de calidad no te mata con tres ampollas estando hidratado y bien alimentados. Te lleva al estasis [sic] neuromuscular”.
Los chats con el agente revelador fueron clave para avanzar sobre el enfermero bajo sospecha.
En uno de los diálogos, el sospechoso le dijo a Ricky que “el fentanilo vuela”, que no estaba rebajado porque la sustancia de la ampolla era “pura de laboratorio” y que el precio de cada dosis era de 35.000 pesos, pero que por más unidades le hacía precio”, según informó la Procuración General.
Tras analizar los mensajes de Telegram, la jueza Ramponi afirmó en su reciente fallo: “Se confirmó que [el enfermero] mantuvo conversaciones verdaderamente reveladoras vinculadas a la comercialización de estupefacientes”.
El 11 de marzo pasado, el agente Ricky pactó un encuentro con el enfermero para realizar una compra. El enfermero llegó en bicicleta y le entregó cuatro ampollas de fentanilo por 55.000 pesos. Todo estaba siendo documentado fotográficamente por detectives de la DUOF de Concepción del Uruguay, que depende de la Superintendencia de Agencias Federales.
Según determinaron los detectives policiales, antes de ir a entregar las ampollas a su “cliente”, el enfermero pasó por la casa de su hermano.
Menos de 24 horas después, el enfermero se comunicó con Ricky y le ofreció 30 ampollas por 1.000.000 de pesos.
Pactó la entrega de la mercadería para el 20 de marzo pasado, pero fue detenido cuando llegó al encuentro en moto. Le secuestraron 34 ampollas de fentanilo y nueve blísteres de pastillas: ocho de lorazepam y otro de carbamazepina.
Pocos minutos después, en la casa del cabo 1° del Ejército se secuestraron 24 ampollas de fentanilo dentro de un táper y otras dos en un morral, donde también había blísteres de carmabazepina y risperidona, según www.fiscales.gob.ar.
Como se dijo, en una ampliación de su declaración indagatoria, el enfermero confesó todo. Además, intentó “salvar” a su hermano: dijo que el militar no tenía nada que ver y que él llevaba la droga aprovechando que se iba al regimiento.