“Mucha atracción sexual”: grave denuncia por acoso y abuso de poder contra un juez de San Isidro

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El juez denunciado: Enrique García Maañón

Una auxiliar letrada con casi dos décadas en el Poder Judicial bonaerense presentó una extensa y detallada denuncia ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense contra el juez Ernesto García Maañón, actual presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial de San Isidro.

En el escrito, la funcionaria judicial relató una serie de episodios de presunto acoso sexual, abuso de poder, hostigamiento laboral y degradación institucional que, según sostiene, deterioraron su salud mental y afectaron profundamente su desempeño profesional y personal.

Según la denuncia, de un caso que reveló La Nación, la mujer desempeña funciones específicas en la Secretaría de presidencia de la Cámara y su vínculo con García Maañón comenzó a intensificarse en febrero de 2025, poco antes de que él asumiera nuevamente la titularidad.

En ese contexto, ella describió que el magistrado comenzó a enviarle mensajes personales que, si bien en un principio intentó responder con cordialidad, progresivamente se volvieron incómodos, insistentes y sexualizados.

La noche es deseo, la pasión, la aventura”, habría escrito el juez en una conversación de madrugada, a la que siguieron propuestas de encuentros en su casa o cenas “de trabajo” durante los fines de semana.

La denunciante señaló que, pese a manifestar reiteradamente su negativa a cualquier vínculo sentimental, el magistrado continuó con avances, comentarios sexuales y sugerencias fuera del ámbito estrictamente laboral.

Incluso, narró un episodio en el que, García Maañón se sentó junto a ella en un sillón en penumbra, acercándose físicamente hasta hacerla sentir intimidada. “¿Te incomoda?”, le preguntó. “Sí”, respondió ella y se retiró “lo más rápido posible”.

La funcionaria también denunció una serie de hechos que, según explicó, se sucedieron después de que rechazara de forma tajante mantener una relación afectiva o sexual con el magistrado. Entre ellos, el cambio en la dinámica de trabajo: ya no era recibida a solas en el despacho, se le asignaban tareas menores, se centralizaban los trámites en otros funcionarios y se instaló un clima de desprecio hacia su persona.

“Pasé del respeto al miedo”, sostuvo, y añadió que comenzó a sufrir síntomas físicos como temblores, palpitaciones y crisis de llanto incontrolables.

Uno de los pasajes más graves de la denuncia refiere al momento en que, tras entregarle una resolución, García Maañón habría manipulado su arma reglamentaria frente a ella: colocó el cargador, efectuó un movimiento que generó un ruido metálico, y pasó el cañón cerca de su rostro. “Quedé como helada”, describió.

También mencionó expresiones intimidantes vinculadas al uso de armas, el relato de un episodio en el que mató a dos sospechosos “en defensa propia” y una supuesta red de contactos en la Suprema Corte y en fuerzas policiales.

El mensaje que detonó la denuncia

El detonante que llevó a la auxiliar letrada a formalizar la denuncia fue un mensaje enviado por García Maañón en un grupo de WhatsApp institucional, donde el juez, frente a todos los integrantes de la Cámara, sostuvo que no deseaba trabajar más con ella, y deslizó que ya había cometido errores en su gestión anterior.

Como respuesta, la mujer reenvió al mismo grupo un audio privado que el magistrado le había enviado en abril pasado, donde expresaba su “atracción sexual” hacia ella y afirmaba que eso no afectaría la relación laboral.

En el audio, del que adjuntó la transcripción, García Maañón insistía en que sabía “separar las cosas”, afirmaba que le gustaría “tener algo” con ella y que había “mucha atracción sexual” de su parte, pero que si no se daba, no insistiría.

“Si algo entiendo es de mujeres y caballos”, decía el mensaje en un tono que la denunciante calificó como cosificador y ofensivo.

La presentación detalla también que el magistrado utilizaba su autoridad para evitar que ella se comunicara con otros jueces, y que condicionaba su desempeño a un vínculo de cercanía personal. Entre las medidas solicitadas, la denunciante pidió el cambio de dependencia laboral y que se tomen declaraciones a jueces, juezas y personal de la Sala Primera para evaluar el trato dispensado por García Maañón, particularmente hacia las mujeres.

Finalmente, expresó su temor a sufrir represalias, y aseguró que por mucho tiempo prefirió el silencio por miedo y angustia. “Hoy estoy con licencia psiquiátrica por trastorno de ansiedad, lloro todo el tiempo”, escribió. Y concluyó solicitando garantías para proteger su integridad psíquica, laboral y personal.