“Sé que está con vos”: los chats que llevaron a la cárcel al masajista que drogaba a hombres para violarlos

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Víctor Longobucco posa entre los pilares del Palacio de Tribunales, en una foto de sus redes sociales

El 17 de noviembre pasado, una madre le escribió desesperada a quien ella creía que estaba con su hijo. Horas antes, el chico le había enviado un audio avisándole que, mientras se encontraba en la zona del Obelisco, un hombre le había ofrecido realizar un book de fotos. El dueño de la cita y la propuesta tenía un nombre: “Víctor”. El lugar del encuentro no era un estudio reconocido, sino un departamento, ubicado en la calle Montevideo.

El chico tenía esperanzas. El hombre, al que había conocido en el centro porteño, buscaba modelos para una campaña de moda. Interesado en sus facciones, “Víctor” le ofreció un trabajo. Solo se necesitaba una prueba de cámara.

La mujer le escribió a su hijo para ver qué tal iba todo. Pasaron las horas y no tuvo respuesta. El chico, previsor, tal vez; le dio a su madre el teléfono del supuesto hombre de la moda que lo había citado.

“Sé que está con vos”, le escribió la mujer, ofuscada. Insólitamente, su interlocutor la llamó de vuelta. Era “Víctor”. Le aseguró, según el relato de la mujer, que su hijo estaba bien, que habían bebido un poco, que seguía en su departamento, todo chill.

Horas más tarde, la mujer se hartó de esperar. Llamó poco después de la medianoche. Luego, le escribió a Víctor: “Acabo de hacer la denuncia policial”, una presentación realizada en la Comisaría 1°B de la Policía de la Ciudad.

El hombre del book de fotos le devolvió el llamado, desesperado. La madre no respondió. Tan solo creía que su hijo no regresaba. Sospechaba algo. Lejos estaba de saber lo que, según la acusación de la Justicia, habría ocurrido: drogó al chico y lo retuvo en su contra para, finalmente, violarlo.

La investigación y la segunda víctima

Así, comenzó la investigación de la Justicia. “Víctor” fue finalmente identificado como Víctor Hugo Longobucco, ex mago e ilusionista, ahora masajista y terapeuta holístico.

Longobucco fue detenido el mes pasado por la División Delitos contra la Salud de la Policía de la Ciudad en el departamento de la calle Montevideo, el mismo lugar donde, supuestamente, cometió sus presuntos ataques. Allanaron el lugar, le encontraron su computadora y gran cantidad de psicofármacos.

Noviembre de 2024: el chat de la madre de la víctima de Longobucco

El viernes último, luego de una investigación en su contra a cargo de la fiscal Mónica Cuñarro, Longobucco fue procesado con prisión preventiva, con un fallo de la jueza Laura Bruniard, que lo embargó por 15 millones de pesos.

El presunto ataque de noviembre de 2024 no fue el único que se le imputó. Hubo otro hecho, cometido en abril de 2025, donde Longobucco le habría hecho creer a la víctima, otro hombre, que mantendría una entrevista de trabajo en el departamento de la calle Montevideo, no con él sino con “un amigo”.

“¿Querés pasar para que te explique del trabajo? Estoy a siete cuadras del Obelisco», dijo el masajista en el chat previo al encuentro.

“Una vez que arribó, le ofreció bebidas y comida que el otro rechazó, hasta que finalmente aceptó tomar mate, y después también consumió tostadas con mermelada y, presuntamente, jugo”, asegura la imputación del caso.

El departamento de la calle Montevideo al ser allanado por la fuerza porteña

Y sigue: “Se sentó en un sillón y sintió que su cuerpo se relajaba hasta que, alrededor de las 20.40/21.00 horas, perdió la conciencia. Longobucco aprovechó su estado de indefensión para accederlo carnalmente”.

Los chats posteriores a ese encuentro dan cuenta del estado de mareo que atravesaba la víctima. Luego, pidió ser atendido en el hospital Muñiz. El análisis médico, incorporado a la causa, da cuenta de una posible penetración forzada. El dolor, aseguró la víctima, persistió por semanas.

Longobucco, por su parte, aceptó ser indagado. Reconoció los encuentros, pero negó los abusos. Incluso, aseguró que le suministró clonazepam al joven con quien se encontró en abril de 2024.

Abril de 2025: los chats con la segunda víctima

En su procesamiento, Bruniard apuntó:

“El imputado dijo que la ingesta había sido voluntaria, pero la afirmación se desvirtúa ante la negativa del damnificado, la circunstancia de que habría concurrido por motivos laborales, y los prolongados y profundos efectos de la medicación, que suponen una ingesta que excedió lo que podría entenderse como ‘normal’. De hecho, permaneció allí cuasi desmayado prácticamente 10 horas“.