Los procedimientos fueron realizados por personal de la Dirección General Delitos Rurales y Ambientales que patrullan los rincones de la provincia.
En el marco de las tareas de prevención que la Policía lleva adelante en zonas campestres para desalentar delitos y sobre todo proteger la flora y fauna silvestre, decomisó armas de fuego usadas para la caza furtiva y rescató aves en cautiverio.
Los procedimientos fueron realizados por personal de la Dirección General Delitos Rurales y Ambientales que patrullan los rincones de la provincia. Todos ellos se concretaron por transgredir la Ley Provincial 6.292 de Protección de Flora y fauna Silvestre.
El primer procedimiento lo realizó un equipo de la División Delitos Rurales y Ambientales Villa de Leales mientras recorrían la localidad de Guardamonte. Allí, interceptaron a dos hombres que ejercían la actividad de la caza sin contar con la correspondiente habilitación. Además, portaban una escopeta y una carabina, ambas con sus respectivos cartuchos, armas blancas y linternas. Se les informó que estaban transgrediendo la Ley Provincial de protección de flora y fauna silvestre ya que está prohibida la utilización de este tipo de armas por lo que se procedió al secuestro.
Asimismo, personal de la División Delitos Rurales y Ambientales Burruyacú procedieron al secuestro de cinco aves silvestres y seis jaulas tramperas en la localidad La Angostura. En circunstancias que los efectivos recorrían la zona, observaron, en la galería de una casa, varias jaulas con aves encerradas por lo que hicieron contacto con el propietario a quien le explicaron que estaba incurriendo en una infracción a la Ley provincial. Al recibir esta información, el dueño de casa accedió y entregó de forma voluntaria a los animales y las jaulas tramperas.
Posteriormente, efectivos de la División Delitos Rurales y Ambientales Tapia, recorrían la localidad de Tuna Sola, cuando advirtieron la presencia de un hombre que circulaba en una motocicleta por un camino vecinal y trasladaba armas de fuego: tenía dos carabinas. Esto llevó a que los agentes a que lo interceptaran para su debida identificación. El hombre, de 52 años, indicó que estaba cazando pero no contaba con el permiso para tal actividad ni para tener dichas armas por lo que procedieron al secuestro de las mismas.
En todos los casos se puso en conocimiento a la Dirección de Flora y Fauna Silvestre de la provincia que avaló los procedimientos policiales.