En la Casa Histórica se celebró el Día del Poncho Tucumano

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El 15 de Julio del 2004, la Legislatura de nuestra provincia aprobó el proyecto presentado por la Federación Gaucha de Tucumán, sobre la institucionalización del «Poncho Tucumano», fijando su forma y sus colores en marrón y bordó; inspirados en los animales autóctonos de los Valles Calchaquíes, como la vicuña, el guanaco y la llama, y de la tierra, con la que los indios Quilmes realizaban sus trabajos de alfarería; y el rojizo, que se conseguía en los árboles propios de la zona y usaban para adornar las vasijas que creaban.

El poncho es característico de nuestra identidad, de nuestra tradición y cuenta la historia de nuestros antepasados, honrando sus costumbres. En este contexto, en la Casa Histórica de Tucumán se efectuó un sentido acto que encabezó la directora de Cultura del solar patrio, Dilma Toconás, quien señaló que «este es un día tan importante para Tucumán como es el día de su poncho y sobre todo, porque hay mucho turismo y lo que se quería es resaltar esto, que el turista sepa como el tucumano luce su poncho, sus colores y el por qué».

La funcionaria indicó que este lunes, a partir de las 17, están previstos diferentes actos con grupos de danza.

Respecto a la afluencia de visitantes durante las vacaciones, comentó que «es positivo, más de 14 mil personas pasaron en tres días por la Casa Histórica, lo cual implica que eso es un aliciente muy importante para Tucumán». Y añadió que «el Museo todo el día tiene gente, ya que el horario es de 9 a 19 horas y permite que el turista se organice para ir a almorzar o elegir la mañana o la tarde para recorrer la Casa Histórica. Aparte de sumarse al espectáculo de luz y sonido o de las actividades que han programado las diferentes áreas del Museo».

La historia del poncho tucumano

Los estudiosos de las tradiciones sostienen que es una especie de hijo de la capa española y del unku incaico, una prenda formada por dos paños rectangulares cosidos. La vistieron unitarios y federales; próceres de la Independencia y la soldadesca en los fortines durante la campaña del Desierto; los peones de estancia los usaban para abrigarse cuando debían pasar una noche al sereno mientras que sus patrones los vestían como prendas de gala. La historia del poncho está profundamente ligada a la de los hombres que forjaron el país. Y cada región tiene su prenda distintiva.

El tucumano se caracteriza por el color terroso y por guardas bordó. Estas características no son caprichosas, sino el producto de una larga investigación que realizó durante la década del 60 y comienzos de los 70 Leopoldo Guillermo Cúneo.

Cúneo era el propietario de una conocida casa de artículos regionales en la provincia pero, además, había heredado la inquietud por la arqueología de su abuelo materno, Adán Quiroga, un abogado estudioso del folclore norteño y del pasado indígena de la región, nacido en Santa Fe pero catamarqueño por adopción.

Oficialización

Cúneo, hablando con los lugareños en varios viajes que realizó a los Valles Calchaquíes, fue encontrando coincidencias en que el poncho que se usaba en estas tierras era de color “tirando a vicuña” y que tenía guardas bordó. Con sus estudios, hizo una presentación en la entonces Secretaría de Difusión y Turismo en 1972, que estaba a cargo de Miguel Angel Cosiansi.

El poncho fue oficializado mediante resolución 2988/1 en 1975. El 15 de julio de ese año, en la V Feria Artesanal de Tucumán, el poncho fue presentado y bendecido por el padre Alfredo Posadas. Lo tenía puesto en esa ocasión Vicente Caro, quien fue presidente durante muchos años de la Agrupación Tradicionalista Gregorio Aráoz de La Madrid. Ese poncho bendecido es el que conservan los hijos de Leopoldo Cúneo, Silvia, Alba y Ricardo. Además, la Caja Popular de Ahorros sacó un billete de lotería, en agosto del mismo año, en el que se ve la figura de un gaucho luciendo el poncho tucumano que acababa de ser institucionalizado.

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